Poder y dinero
Y sin embargo…
“No habrá paz en la tierra mientras perduren las opresiones de los pueblos, las injusticias y los desequilibrios económicos que todavía existen”. Juan Pablo II. (1920 – 2005). Papa de la Iglesia Católica.
Ante la indescriptible crisis que vive Michoacán, no queda más remedio que intentar ser propositivo y recurrir a la esperanza, una vez más, de que ahora sí el apoyo del Gobierno Federal será decisivo, contundente y suficiente para que el estado pueda recuperar la paz.
Sé que ya el año pasado se había firmado otro Acuerdo y los resultados son evidentemente nulos. No termino de entender la estrategia del Ejecutivo Federal que por momentos arremetió contra los grupos de autodefensa, pero hubo otros donde dejó ver un evidente apoyo y como dijo el propio secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, había comunicación con algunos de los líderes.
Escucho el constante y válido reclamo de muchos ciudadanos que sorprendidos señalan que los discursos en torno al nuevo Acuerdo advierten que van contra los grupos de autodefensas, pero no se menciona con la misma vehemencia el erradicar al crimen organizado.
Es claro que difícilmente 250 millones de pesos puedan ser tan contundentemente importantes en una región como la de Tierra Caliente, donde el miedo y la imposibilidad de desarrollarse satisfactoriamente, están tan arraigados.
Son muchas las dudas ciudadanas, demasiadas las contradicciones gubernamentales, excesivas las preguntas sin respuesta… Y sin embargo no hay otra opción, es urgente y fundamental pensar y hasta creer que esta vez sí hay una estrategia y que dará resultado.
Cada michoacano está prácticamente obligado a otorgar, una vez más, el beneficio de la duda a la Federación y a quienes se encuentran al frente del gobierno. Cada habitante de este pedazo de México tiene dudas bien fundamentadas. Ya decía que no es la primera vez que se implementa un operativo donde se presume que será sin precedentes. Ese discurso ya lo había usado el entonces Presidente de México, Felipe Calderón Hinojosa y apenas unos meses atrás, el propio Osorio Chong.
Y sin embargo, no hay opción… es inevitable otorgarle una vez más la confianza a las autoridades, pese a todo. Seguramente será mucho más difícil para quienes han padecido en carne propia la crisis de inseguridad que se ha agudizado en la tierra caliente y costa michoacana, pero que tiene añejos registros de complicaciones a las que las autoridades en turno hicieron oídos sordos.
Por lo pronto, llegó una vez más el despliegue de seguridad federal, mientras el gobernador michoacano, Fausto Vallejo Figueroa, hizo valer su compromiso de despachar de manera recurrente en la zona de conflicto, este martes estuvo en Apatzingán.
En donde José María Morelos y Pavón pronunciara sus Sentimientos de la Nación, el Ejecutivo estatal se reunió con líderes de grupos de autodefensas, los mismos que han sido perseguidos, justificados y reconocidos por autoridades y ciudadanos, en aras de convencerlos de entregar las armas y volver a sus actividades habituales o incorporarse a la legalidad para salvaguardar la seguridad de su tierra.
Una vez más se aprecian algunas acciones encaminadas a regresarle la paz a todo el territorio estatal, aunque aún son muchas las dudas en el aire. La solución no será inmediata, difícilmente se puede definir el tiempo que tendrá que quedarse el Ejército, la Marina y la Policía Federal en las zonas de conflicto.
Queda pendiente conocer más acciones de desarrollo, más obras, mejores servicios, atracción de empresas, valor agregado a la producción y un largo etcétera donde los elementos policíacos no serán suficientes para el desarrollo de la Tierra Caliente y Costa michoacana.
El Acuerdo, el segundo que firma la Federación con Michoacán, estuvo una vez más encabezado por el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong… Tal vez la esperanza y el beneficio de la duda, hubiera sido más sólida, si la firma en el Acuerdo fuera directamente la del Presidente de México, Enrique Peña Nieto.
Y sin embargo, insisto una vez más, estamos obligados a hacer votos porque esta vez la estrategia sea plenamente exitosa.
Con la esperanza de que haya una próxima vez… me despido, gracias.