Última llamada
Los últimos días nuestro estado padeció un temporal de lluvias muy intenso que afectó a miles de michoacanos. El frente frío número 41 y la tormenta invernal número 9 se conjuntaron en el occidente de nuestro país y generaron tormentas muy fuertes. Los principales daños ocurrieron en Morelia, Zamora, Apatzingán y Múgica; viviendas e infraestructura básica resultaron con afectaciones.
En nuestro municipio, Zamora, se activó el Plan DN III por las viviendas y plantíos afectados, así como por el desborde de canales. En Apatzingán más de 400 viviendas resultaron afectadas por la lluvia, afectando y dañando seriamente el menaje que se encontraba dentro.
Aunque la temporada de lluvias en teoría no ha llegado a nuestro país, se prevé que en las próximas semanas éstas continúen a lo largo y ancho del territorio nacional. Por ello es importante que gobierno y ciudadanos tomemos las medidas necesarias precautorias para estar preparados ante este tipo de contingencias climatológicas.
En el mundo se están viviendo profundos cambios en el clima, antes era impensable que lloviera de esta manera antes de que concluyera el invierno; sin embargo, hoy día, es una constante. Esto nos debe hacer reflexionar sobre el papel que estamos jugando y sobre las necesidades que estamos dejando de atender como seres humanos. Es decir, el consumo de energía es cada vez más intenso en el mundo y la mayor parte de esta energía proviene de la quema de hidrocarburos, misma que genera cambios en el comportamiento de clima mundial.
Los grandes retos se logran a partir de pequeñas acciones, así que sería muy bueno que comencemos a cambiar nuestros hábitos en materia de consumo de energía; estar atentos de tener las luces apagadas cuando no es necesario tenerlas encendidas, utilizar el automóvil únicamente cuando es necesario y de ser posible compartir trayectos con la familia y vecinos, entre otros muchas actividades que todas y todos conocemos pero que pocas veces ponemos en práctica.
Por su parte, el gobierno debe tomar el papel de organizador en la sociedad para que entre todos podamos llevar a cabo estas actividades. Promover que en las universidades se lleve a cabo investigación que tenga como fin la sustentabilidad del medio ambiente y del uso de la energía, comenzar a sembrar en la niñez y juventud este tipo de cultura y asumir que la sustentabilidad no es una tarea altruista, sino que también puede convertirse en un negocio que puede generar empleos y bienestar para las familias.
Desafortunadamente este tipo de reflexiones nos vienen a la mente una vez que padecemos un evento climatológico como el de hace unos días. Este 2015 hay que estar atentos y preparados ante este tipo de fenómenos porque ya es una constante en México que un año se inunde Michoacán, otro Tabasco, otro Guerrero y este tipo de desgracias generan mucho sufrimiento y dolor para las familias que las padecen.
Emprender acciones en favor del medio ambiente y alentar una nueva cultura que contribuya a crear conciencia sobre la necesidad de promover nuevas prácticas que nos lleven a cuidar nuestro planeta, siempre será una política pública vigente, pero como en casi todo, sólo hace falta llevarla al terreno de los hechos.