Itinerario político
La farsa del limón
Dice la Wikipedia que la farsa es un género teatral difícil para los escritores. En cambio –habría que añadir- es un don natural para los actores políticos. El caso del limón lo ilustra hoy de manera rápida y convincente. Igual ocurrió antes con el aumento en el precio de las tortillas o con el robo descarado en las gasolineras mediante la alteración de las bombas.
Como usted sabe y sabe bien, más allá de las definiciones en el terreno de las artes escénicas, una farsa es “una trama para aparentar o engañar” y eso es lo que está haciendo el gobierno en el caso del limón. Nada nuevo: cuando la tortilla se fue a 8.50 el kilo hasta hubo pactos con la empresa privada; hoy que está a 10.50 nadie dice nada, porque no es un tema que esté en la agenda de los medios. Igual pasó con el robo descarado de combustible en las gasolineras. Aunque hoy le sigan robando hasta cinco litros en un tanque, nadie en el gobierno dice nada porque no es un tema que reditúe dividendos mediáticos.
Pero el tema relativo al precio del limón lleva 90 días en los medios; primero en los de Colima, Guerrero y Oaxaca; después pasó a las páginas interiores de los periódicos especializados como El Financiero y El Economista –como aquí referimos hace semanas- y finalmente llegó a las primeras planas y a los noticieros de los medios electrónicos, cuando el precio de un kilo de limón rebasó el equivalente a un día del salario mínimo, 8 horas de trabajo. Entonces el gobierno vio la oportunidad de actuar… para los medios.
El documentado oportunismo la Profeco la llevó el martes pasado a tratar de colocarse en la cresta de la ola mediática. “La Profeco presentará denuncias penales ante la PGR por la posible comisión de un delito contra quien resulte responsable, una vez que hemos integrado ya elementos suficientes que acreditan que hay posibles actos de acaparamiento”, expresó su titular, Lorena Martínez, sustituta de un actor político obsesionado por los reflectores, Alfredo Castillo, quien hoy tiene por escenario todo Michoacán.
El anuncio recibió buena acogida. A la prensa le gustan las declaraciones aunque no haya hechos. Presentará es futuro, una acción que no ha ocurrido. Algo que ya se debería haber hecho. Pero como en realidad no le interesan los consumidores, sino aparecer en los medios pues nada mejor que anunciar que van a hacer algo. ¿A poco de verdad no saben quiénes son los acaparadores? Después de tantos y tantos años con el mismo problema, ¿de veras no se han dado cuenta? ¿Pues entonces donde anda el gobierno?
Al mismo tiempo, Enrique Martínez y Martínez, titular de la Sagarpa, hizo otro anuncio: Si en un mes no se regulariza el precio del limón, el gobierno “analiza” abrir cupos de importación del cítrico. Definió muy bien su posición: “me resisto” a llegar a ese extremo. “Se podría hacer un cupo para importar el limón… Sería muy triste, espero no llegar a ese extremo. El plazo es un mes”. Sus palabras prueban que carece de compromiso con los consumidores. Mientras tanto, que los consumidores paguen y se aguanten, en beneficio de los acaparadores.
Como toda farsa que se respete, el guión debe contener algunos malentendidos y contradicciones. Ese mismo día, la subsecretaria de Normatividad y Competitividad de la Secretaría de Economía (SE), Rocío Ruiz Chávez, desmintió al secretario Martínez y Martínez y aclaró que la dependencia no considera abrir cupos de importación de limón. Ni modo que después autorice importación de plátanos Tabasco nomás porque han subido 30 por ciento, o aguacates, que lo han hecho en 20 por ciento. ¡Bonito se vería Michoacán importando aguacates a Periban!.
¿Cómo subió el limón de tres o cinco pesos el kilo a pie de cosecha a más de ochenta pesos al público? Los productores están de acuerdo en que no se trata de un problema de producción –unas 170 mil hectáreas producen más de dos millones de toneladas- sino de especulación e intermediarios. ¿Hará algo el gobierno? Lo más probable es que todo se quede en declaraciones, como ocurrió antes con el caso de las tortillas y de la gasolina. El consumidor está completamente desprotegido, pero la crisis les sirve a los actores políticos para salir en los medios.
Mientras la oferta, con la producción de Veracruz, regula el mercado y hace bajar los precios, los funcionarios tienen oportunidad de aparecer en los medios. El miércoles, Héctor Velasco Monroy, director de Diconsa, anunció con bombo y platillo, medios invitados, la puesta en marcha de un Programa Emergente de Comercialización de Limón en 6000 tiendas comunitarias a 26 pesos el kilo. Hasta el momento no he visto que algún medio haya ido a comprobar la veracidad del anuncio.
Los actores políticos –Lorena Martínez, Enrique Martínez y Martínez, Rocío Ruiz Chávez, Héctor Velasco, sólo por mencionar algunos- ya salieron a cumplir su papel y a recitar un texto aprendido que se repite una y otra vez, cambiando sólo el nombre del producto. ¿Usted les daría su aplauso?
Twitter: castroherme