Libros de ayer y hoy
La información ha comenzado a fluir, las notas inundan la red, las noticias saturan y nuevamente el tema vuelve a posicionarse como tópico central en los análisis políticoeconómico y comercial nacionales. La relación México – China se coloca en la palestra informativa con la visita a suelo mexicano del Presidente chino Xi Jinping.
Muchas lecturas pueden ofrecerse desde diferentes perspectivas de este acontecimiento, pero no debemos de perder de vista los alcances y perspectivas de una visita de Estado con estas características: en menos de 6 meses ambas administraciones hacen recíprocas sus visitas, brindando un panorama de acercamiento y comunicación.
Lo primordial es el diálogo al más alto nivel entre dos Jefes de Estado en donde el equilibrio de conveniencia lo lleva México, es decir, a México le reditúa estrechar el lazo político con China más de lo que a China le interesa estrecharlo con México. Basta analizar la balanza comercial entre ambas naciones, donde nuestro País presentó en 2012 exportaciones por $5,721 millones de dólares, en tanto las exportaciones chinas a México alcanzaron la cifra de $56, 936 millones de dólares, esto es una escala de 11 a 1, generando un intercambio total por $62,657 millones de dólares.
El acercamiento político al más alto nivel que habrá de llevarse a cabo en los siguientes 2 días, en alcance a la visita del Presidente Enrique Peña Nieto a principios de abril a China, contrasta notablemente con las 18 horas que en 6 años le dedicó el expresidente Felipe Calderón a su homólogo Hu Jintao durante su administración, en lo que se percibe como un decidido acercamiento estratégico al gigante asiático que parte de un diálogo que genera confianza y certidumbre política.
Partiendo de este diálogo y acercamiento, la voluntad de ambas naciones para estrechar sus lazos puede representar finalmente el abandono de los postulados “China representa una gran oportunidad para productos mexicanos”; “México representa una gran oportunidad para atraer inversión china”, para dar paso a postulados como “El aguacate mexicano alcanza exitosas ventas en Shanghai, Beijing, Cantón y Hong Kong”; “Empresa de telecomunicaciones china anuncia millonaria inversión en México”, y precisamente esta visita de Estado consolida el interés mutuo de relanzar la relación, que por ausencia de inteligencia política y destreza diplomática, quedó estancada y con ello, el desenvolvimiento de las negociaciones de acceso de carne de cerdo mexicana al mercado chino. El espíritu de negociación chino no dice que no, pero aplaza, disuade y retarda.
Esta incipiente administración deja en claro que uno de los ejes prioritarios de su política exterior será una nueva postura con China, comenzando por la cúpula, y permeando hasta la consolidación de negocios a gran escala, en donde China tiene interés por los sabores mexicanos, así como por sus oportunidades de inversión, su mercado interno, su cultura y sus destinos turísticos.
Para la administración que encabeza el Presidente Xi Jinping, es inconcebible aumentar la confianza en el intercambio comercial, si no están fundamentadas y solidificadas las bases políticas.
Esta visita viene precisamente a redondear la arquitectura e ingeniería de esta relación, que no está exenta de retos y escollos, pero que sin duda denota el interés de ambos Países en elevar el nivel de cooperación, sobre bases de colaboración y complementariedad en sus economías.