Los medios hoy/Camila Cienfuegos

A Quevedo se le atribuye una famosa frase compuesta que, según la leyenda, le hizo ganar una apuesta, la cual consistía en llamar públicamente “coja” a la reina Isabel de Borbón, y quien  literalmente padecía de este mal: “Entre el Clavel blanco y la Rosa roja…su majestad es coja”, le dijo Quevedo ante la corte, y sin que la monarca sospechara del sutil agravio.

A veces pienso (aunque no lo crean) que los candidatos, especialmente quienes aspiran a ocupar un modesto pero bien pagado lugar en el parlamento, nos hacen a los ciudadanos (y muchas veces con éxito) una parábola similar: “Entre la propuesta chafa y la propuesta populista, el elector es tonto”. Y es que solo los muy escasos inteligentes que aspiran a ser diputados  tienen la honestidad y valentía de establecer propuestas concretas concernientes a los asuntos legislativos: hacer leyes y aprobar la cuenta pública.

Lamentablemente hay un nutrido grupo de aspirantes que no poseen la valentía y mucho menos la honestidad de concretar propuestas en este rubro. Su imaginación y limitada inteligencia los lleva a proponer la “gestión de obras”, “bajar recursos”, “etiquetar recursos para…” etc.

No sé hasta qué punto los aspirantes a legislador piensan que los electores somos tontos, pero la mala fama como diputados se la han ganado a pulso, comenzando con las  propuestas chafas y populistas que establecen como candidatos, que luego de tener que ejercer la función, difícilmente pueden realizar ante lo poco atractivo que resulta por naturaleza el trabajo legislativo.

Es pues la mentira de candidato la que los lleva a convertirse en blanco de duras críticas a su miserable desempeño como diputados. Siembran propuestas chafas… y cosechan repudio social. No cabe duda que para el lenguaje “duputable”, desde que se inventaron las “gestiones” se acabaron los …

¿Y en materia de candidatos a diputado cómo andamos? Pues aquí no hay mucha tela de dónde cortar y francamente no resulta fácil digerir la propuesta de cuatro candidatos de distintos partidos, más dos que van por la federal (en el caso moreliano). Son muchos, pero en lo que a mi corresponde, por un lado tenemos a la candidata priísta, Daniela de los Santos, quien sin la más mínima experiencia, sin el menor de los conocimientos jurídicos ni de administración pública, ha escalado rápidamente hacia las ligas mayores. Por alguna extraña razón, fue promovida a síndico municipal sin todavía terminar la universidad. Es posible que ella, junto con Ernesto Núñez y Marco Polo Aguirre, hayan sido la primera pretensión del priísmo (y en especial del faustismo) por llevar a la pantalla grande de la política a una nueva generación de cuadros jóvenes que habrían de convertirse en los futuros gobernantes (¡mala suerte!). Nadie pensaría que su padrino de la política, Fausto Vallejo, terminaría desencantado y decepcionado con algunos de ellos, pero no de Ernesto, pues él se cuece a parte y vía su consorte, ha sido premiado incluso con una notaría pública. Del resto de los chicos habrá que esperar resultados; ahí se sabrá si el todavía cacique de Morelia y fallido gobernador aún manda e influye en la votación para apoyarlos.

Daniela de los Santos se enfrenta por la federal a un “Marketing boy”, el chico panista Javier Dávalos Palafox, quien hace sus pininos en esto de la política y pretende llamar a una “revolución de conciencia” (noooo pos wow). No la tiene fácil la chica Dany, pues Palafox resulta más creativo aunque caiga en lo enfadoso.

Y hablando de los enfados del chico Pala-Pala-Palafox, resulta de verdad molesto que ya entrada la noche, le llegue a una un mensaje de “InfoMorelia” para decirme que este compita, con facha de nerd al que todos le copian en el examen, se compromete a “etiquetar más recurso para vialidades de concreto y alumbrado (¿no les digo?). Pide voten por el PAN” ¿¡¿¡O sea!?!? Pues yo les devolví el mensaje y muy  clarito les dije: “Fíjense bien todos ustedes compinches del Pala-Pala- Palafox que me espantaron el sueño: me vuelven a mandar otro mensajito, y no solo no voy a votar por él, sino que les voy a recordar el 10 de mayo aunque ya haya pasado”. Me perece que a la fecha ha resultado. Y es que no se vale que mientras yo soñaba que Enrique Iglesias se caía del templete directito a mi camita, me lleguen esos odiosos mensajes ¡ash!.

¿POR QUÉ LAS ENCUESTAS FALLAN?

De hecho, una encuesta bien hecha no debería fallar, especialmente si tomamos como referente que su elaboración SIRVE SOLAMENTE PARA LA FECHA EN QUE FUE REALIZADA, y así, de esta manera, se entienden las razones del por qué dicen una cosa, y el día de la elección pasa otra cosa.

Los mismos candidatos riegan el tepache cuando los entrevistan y les dicen que  van abajo en las encuestas: “¡¡Nooooo pus esas encuestas han de estar cuchareadas, nosotros tenemos las nuestras que nos dicen que ya hasta ganamos!!”

SEÑORAS Y SEÑORES, esa no es la respuesta. Si tuvieran un asesor de esos que tienen al menos media libra de materia gris, les diría que dichas encuestas ya están caducas y solo representan el sentir de la opinión pública EL DÍA QUE FUERON REALIZADAS, pero ahí está la pasión y la indignación que les gana, en lugar de meterle mente fría y calculadora.

Al final no se equivocan quienes dicen que la verdadera encuesta es la que se lleva a cabo el mero día de la elección.

¡¡Buen miércoles para todoooooooos!!