El voto de Dios y la virgen
Alégrense con la alegría de Dios, porque manda a su Hijo a los pobres para defenderlos, hacerles justicia, curarlos y sacarlos de la prisión.
En tu vida.Una jovencita fue asesinada, no tuvo quien la defendiera, ahora no se le hace justicia porque su familia es pobre, no tiene influencias ni dinero.
En México no se ocupa de la causa de los pobres, los ven con desprecio en las oficinas, los hacen dar vueltas y no atienen sus expedientes.
Dios habla.Los católicos somos personas de una esperanza invencible, tenemos una fe que nos afirma que Dios, grande y bueno, va a venir.
La historia de la salvación es una espera de milenios y siglos de Dios que viene. Es un deseo íntimo, querido, una sed. Cuando el tiempo se cumple, no cabemos de alegría.
El mundo se estremece de una alegría diferente cuando Dios viene. Es inmensa, incontenible.
Hay exultación, himnos, fiesta. Las almas cantan jubilosas con la Virgen María: “mi espíritu se llena de júbilo en Dios mi Salvador porque puso sus ojos en la humildad de su servidora”.
Es la invitación de San Pablo a su comunidad: “vivan siempre alegres, oren sin cesar…”
Dios viene en su Hijo, prepara largamente su venida. Isaías lo contempla en la profecía. Lo expresa con hondo contento.
La señal de su venida es que llega con los pobres, no a Altozano o a los desarrollos exclusivos.
Viene, lleno gozo a traer la buena noticia a los pobres despreciados, ignorados, que no tienen quien los defienda, quien atienda sus asuntos.
Viene a los enfermos que esperan meses en los hospitales públicos, sin médico especialista, sin medicamentos, que mueren sin dinero.
Vienen a los que están afligidos, con angustia en el corazón, los tristes que no tienen esperanza, a los sidosos, diabéticos, a los que sufren adicciones o depresiones y no quieren vivir.
El mundo va a cambiar con su venida. Es importante reconocer al niño de Dios.
Hay que estar vigilando, llegará por sorpresa como los criminales.
Hay que velar estudiando su Palabra. Hay que dejarse guiar por Juan el Bautista. El nos señala la presencia del Salvador.
Ahora Juan el Bautista es la comunidad, que señala el lugar del encuentro con el Salvador.
Vengan a la alegría de la venida del guía que nos va a sacar de la crisis, del estado de violencia y muerte.
Cristo viene en navidad con el amor y todas las atenciones para los pobres.
Se siente la alegría desbordarse porque es el tiempo del Espíritu Santo.
Entren ustedes en la comunidad, ya se siente el ambiente de alegría, ya se siente cerca la natividad, es la alegría mas honda y pura, Dios con nosotros.
Nuestra suerte cambiará. Será la fiesta de los pobres, con la alegría desbordante, honda, auténtica.
Vive intensamente.Necesitas escoger entre la alegría pura, sencilla de Dios y la alegría engañosa, ruidosa y cara del mundo. Decídete con valor.
Cristo con nosotros. Cristo viene, es una dicha estar con él. Prepárate para recibirlo en su nacimiento y en el banquete de fiesta divina de su cuerpo y de su sangre.
Para reflexionar en familia. ¿Queremos una fiesta profana de compras, ruido y placer que decepciona o la fiesta de Cristo, nueva, desbordante?