UGC, el objeto del deseo
El 20 de febrero, la Auditoría Superior de la Federación, ASF, presentó en la Cámara de Diputados los resultados de la cuenta pública 2011. De acuerdo a nuestra legislación, la ASF es la encargada de fiscalizar el uso y la aplicación de los recursos públicos tanto del Gobierno Federal como de los órganos autónomos y entidades paraestatales. Entre los muchos aspectos que dio a conocer la Auditoría y que habría que rescatar, llama la atención el relacionado con la deuda pública de las entidades federativas.Para la Auditoría Superior de la Federación la falta de transparencia en la deuda de las entidades federativas y municipios, en conjunto con su nivel de opacidad en finanzas públicas, impide precisar el monto total del endeudamiento que adquirieron los gobiernos de los estados. En este sentido, la Auditoría ubicó a un conjunto de entidades que tienen montos considerables de deuda no reportada, entre ellas se encuentran Coahuila con 23 mil millones de pesos de deuda que no reportó, Chihuahua con 5 mil millones de pesos, Estado de México con 3 mil millones de pesos, Distrito Federal con 3 mil millones de pesos y Chiapas con 2.6 mil millones de pesos.Aunado a lo anterior, la Auditoría también detectó a un conjunto de entidades a las que consideró se encuentran en situación crítica por los niveles de endeudamiento que tienen, entre ellas se pueden mencionar a Coahuila, Veracruz, Chihuahua, Nuevo León y Michoacán.La cuestión no es menor ya que la falta de transparencia y rendición de cuentas, tanto a nivel federal como a nivel local, es un problema que afecta a nuestro país de manera sistemática y una de sus consecuencias es la corrupción. Si los ciudadanos no pueden saber con claridad el uso y destino que se le dan a los recursos públicos, es seguro que habrá espacios para la corrupción.Aunado a lo anterior, en días recientes, Transparencia Internacional dio a conocer su informe sobre el Indice de Percepción de la Corrupción 2012 en América, cuyo propósito es medir los niveles de corrupción percibida por la población en el sector público. De dicho informe se desprende que el 66 por ciento de los países de América obtuvo menos de cincuenta puntos de calificación, entre ellos México con tan sólo 34 puntos, ocupando la posición 105 de 176 países a nivel mundial.En América el país mejor evaluado resultó Canadá con una calificación de 84 puntos, y el último lugar lo ocuparon con 19 puntos Haití y Venezuela. La calificación de México incluso resultó inferior a la de Surinam, Argentina, Colombia, Panamá, Perú, Jamaica y El Salvador.Así las cosas, se confirma lo que todo mundo percibe y sabe: el camino por recorrer en nuestro país para avanzar en temas de transparencia, rendición de ucentas y combate a la corrupción es, al parecer, aún muy largo..