Ecosig, prohibidas en México
* Lozano Alarcón no tiene quién lo escuche* Sin entendimiento con Gamboa y la CTM* Aceves del Olmo lo hace saber a CalderónA su arribo al gabinete, Javier Lozano Alarcón tenía encomiendas específicas.Quién sabe si esa fue la orden del presidente Felipe Calderón, pero él habló de dos objetivos:1.- Resolver el conflicto en el sindicato minero, en cuya industria Napoleón Gómez Urrutia ha sentado sus reales y sembrado la anarquía.Y 2.- implementar una reforma laboral profunda mediante cambios a la Ley Federal del Trabajo o de plano con un nuevo ordenamiento.A punto de cumplir cinco años en el cargo, nada ha conseguido.Napitosigue en Canadá con su estatus de perseguido político, arropado por organizaciones de ese país y de Estados Unidos y con un enorme poder vigente en México.Si ha perdido algunos contratos no ha sido por las autoridades laborales, sino por la lucha jurídica, en tribunales, de sus adversarios sindicales.Para desgracia del país y de los obreros, las accidentes menudean en la industria minera y a casa suceso el señor Lozano Alarcón tiene respuestas para culpar a los empresarios del ramo, a la parte laboral o a otras autoridades.Y de la reforma laboral hay muy poco por decir.DIALOGO ASPERO CON GAMBOA PASCOEEl viernes fatal del accidente de Francisco Blake, justo al momento del desplome del helicóptero, Javier Lozano Alarcón estaba junto a Felipe Calderón.Se desarrollaba la clausura de la Asamblea del Seguro Social en el Centro Médico Nacional.A la izquierda estaba el anfitrión Daniel Karam Toumeh y a la derecha Lozano Alarcón.El secretario del Trabajo se dirigía a su jefe con mucha confianza y éste le pedía información estadística sobre la marcha de la economía y sobre la generación de empleo.Leal a la tecnología, Lozano Alarcón consultaba su Ipad, tomaba datos, los transcribía en tarjetas y las entregaba al presidente Calderón, quien a su vez las usó durante su discurso donde habló de un IMSS fortalecido, con garantía de larga viabilidad futura y para ello pidió reformas.Entre éstas, claro, la hacendaria y la laboral.Otra vez descargada la responsabilidad en el Congreso de la Unión, donde hay muchas iniciativas y donde no es escuchado Lozano Alarcón.Pero si los hechos muestran una función incumplida del secretario del Trabajo, el futuro no es nada halagüeño para él, para el país y para los factores de la producción.ESTERIL CANDIDATURA A GOBERANCIÓNCuando Daniel Karam Toumeh salía a recibir al presidente Felipe Calderón, en el auditorio del Centro Médico Nacional se mostraba un mal mensaje a México.El dirigente cetemista Joaquín Gamboa Pascoe platicaba alegre, cordialmente con el senador Carlos Aceves del Olmo cuando llegó un intruso.Era el secretario del Trabajo, Javier Lozano Alarcón.Gamboa Pascoey Aceves del Olmo lo recibieron con gesto agrio.No era bienvenido.Pese a todo, lo soportaron y hablaron.Cada uno en su trinchera: Lozano Alarcón a favor de las reformas; Gamboa Pascoe y Aceves del Olmo en contra del proyecto pro patronal del gobierno para socavar algunas conquistas de los trabajadores.No están de acuerdo en la libre sindicación, en la contratación por horas, en perder algunos derechos estipulados por la Ley Federal del Trabajo desde hace más de cuatro décadas.No hubo entendimiento y el tono y la agitada oscilación del índice de Gamboa Pascoe eran signos inequívocos a cualquier distancia.No paró ahí el enojo de los cetemistas.Terminada la ceremonia de clausura de la Asamblea del IMSS, cuando se despedía de los miembros del Consejo General, Calderón fue atrapado por el senador Aceves del Olmo.Quedaron de verse.Por eso cuando, tras difundirse la muerte de Francisco Blake, se mencionó a Lozano Alarcón para Gobernación, su candidatura estaba muerta.No puede mediar con las fuerzas políticas un golpeador permanente y quien ni siquiera tiene canales abiertos con los legisladores y los factores de la producción.Bueno, con los patrones sí porque se identifica con ellos, pero con los trabajadores no.