La segunda sesión del Sínodo
Modificar genéticamente las gallinas, perder sabor, poder nutricional y someterlas a una vida gacha, son parte de los costos del mundo moderno y sobrepoblado, aderezado por la avaricia de quienes mandan y controlan,… que pagamos las gallinas y las personas.
Pues bien, parece ser que el costo que hoy pagan las gallinas, las vacas, los puercos y muchas otras especies que son criadas de forma antinatural y criminal para hacer negocio y dizque alimentarnos, es el destino de las personas, de la raza humana; hoy, el precio de la modernidad que está pagando el ser humano, es ser domesticado para perder coraje, carácter, personalidad y aspiraciones para alcanzar su propia plenitud… Nos están convirtiendo en borregos para podernos manipular, controlar, dirigir y sobre todo… ¡Explotar!
De la misma forma que las gallinas pierden su esencia al vivir en una jaula o que el León muta al ser domado, el ser humano está perdiendo su naturaleza al ser domesticado para poderlo usar ¡Sí!, así como lo oyes, nos están usando y como todo objeto de uso, el ser humano hoy es desechable (cosa de ver lo que pasa en Siria, en Irak o en México), por eso la pasividad institucional con la que políticos y gobernantes aceptan la corrupción y los miles de muertos dentro de un País, México, donde la ley es letra muerta y la impunidad campea para beneficio de una clase política y gobernante miserable (salvo honrosas excepciones. ¡No!, EPN no está en las excepciones) que solo busca su bienestar y tener suficientes votantes para la siguiente elección, para seguir medrando desde los gobiernos y con la política, al tiempo que con alianzas contra natura (solo así entiendo al PAN-PRD y al PRI-Verde-Panal) se protegen unos a otros al margen de plataformas, inexistentes ideologías y colores, lo que los iguala.
Creo que ya me salí de carril y es que me encaboronan (Catón dixit) el cinismo y la corrupción. Regreso al tema: Para poder sostener el corrupto modelito, fue necesario domeñar al ser humano; castrarlo, someterlo, convertirlo en masa para poder intervenir sociedades enteras en beneficio de quienes, desde el poder real y no la vacilada que cree tener el pusilánime ladronzuelo que tenemos como Presidente de México que no nos sirve para nada, ganen dinero, poder y control ¿El camino?, manipular el sistema, manejando a las personas a través de enajenarlas convirtiéndolas en consumidores, induciéndoles miedos desde las religiones, imponiéndoles creencias para convertirlos en entes sin alma, al tiempo que se elabora un marco de control legal y jurídico que nos convierte en cobardes y domeñables, controlados por leyes y dirigidos en nuestras mentes por medios de comunicación que dictan cómo debemos comportarnos, que aprender, que comer, a que tenemos derecho, que debemos y no debemos hacer con nuestro cuerpo, como debemos vivir, como debemos pensar y a quiénes tenemos que aplaudir y venerar. No de gratis los cristianos no vivimos como tales, ni los budistas siguen las enseñanzas del Buda, sino que en un mundo donde el dinero es Dios y en donde al egoísmo y el individualismo reinan bajo la bandera del consumo, el ser humano se convierte en depredador de sí mismo y destructor del medio ambiente, al grado que destruimos, para sostener el modelo, el propio planeta y la posibilidad de que sustente la vida.
¿Tenemos alternativa?, la verdad creo que no, somos demasiado pendejos y soberbios para aceptar que solo somos títeres de quienes tienen el poder y el control y que con arrogancia y avaricia nos conducen al caos… Aún así, optimista irredento que soy, mi apuesta es a que un día la humanidad despierte y a que cada uno de nosotros asuma el papel de hombres y mujeres libres y actuemos en consecuencia mandando al carajo a quienes hoy, son poderosos porque se los permitimos… Los japoneses tienen una técnica para resolver problemas: Crear crisis, dejar que las cosas truenen para que actuemos en consecuencia y se resuelvan los problemas. Con ello en mente, yo te invitaría mi estimado y domesticado lector, a que dejes de consumir a lo pendejo, a que no compres lo que está de moda o te dicta la tele (regale afecto, no lo compre), a que despiertes, a que tomes el control de tu vida, para que, al sumar a miles y millones de personas despiertas, podamos influir para el que mundo tome un camino más humanista que tenga como esencia el respeto a los derechos y libertades inalienables del ser humano y el derecho, de todos, a vivir con la dignidad de personas libres con un trabajo de ocho horas… ¡Así de sencillo!
Santiago Heyser Beltrán
Escritor y soñador