Poder y dinero
Cristo que es la Palabra y dijo ser la verdad y gritarla a los cuatro vientos; una verdad que libera, que rompe cadenas y grilletes. Cristo fue el hombre más libre de los hombres.
Por lo tanto, nosotros somos libres y a nuestra libertad nadie la puede atar, porque pues la verdad no puede ser amordazada.
Los hombres libres como Enrique, dejan huella por donde quiera que pasan, no obstante tengan que pagar con la vida por ese ideal.
Por tanto, no podemos temer a los que después de matar el cuerpo, ya nada más pueden hacer. Podrán matar nuestro cuerpo, pero nunca el alma, nunca morirá el proyecto de la paz y la justicia, el proyecto del estado de Michoacán dentro del orden y la legalidad, en honor a este amigo, gastaremos los mejores esfuerzos por vivir como Dios manda y la constitución lo demanda.
La vida es el don más preciado que Dios nos ha dado. Atentar y segar la vida de la manera que lo hicieron con Enrique, es un atentado a la libertad de expresión y un hecho cobarde que levanta muchas sospechas: corrupción, impunidad y complicidad de las autoridades.
Es verdad que sangre de los que dan la vida por defender sus ideales y dejar un mejor mundo, es semilla de los mejores seres humanos y esa simiente nunca puede morir.
Enrique fue mártir de la verdad y de la justicia social y nos deja una gran misión que debemos continuar, pero no por ello, su muerte puede quedar impune.
LA FAMILIA: Base y sustento de la sociedad, donde se enseñan los valores más fundamentales, donde se forjan los hombres y mujeres de bien, hoy está siendo desplazada por los medios de comunicación y la tecnología.
LA ESCUELA: Pobre niñez mexicana con profesores, que en su mayoría, sólo les interesa su propio bien y no el de sus alumnos, disque defendiendo los derechos de los pequeños pero pisoteando a los mismos, su santuario es el aula y no las calles, con un sistema educativo lejos de la humanización.
EL ESTADO: La clase social que ha perdido el rumbo del bien común y sólo busca proteger los intereses de quienes los colocó en el poder: los partidos y sus patrones, los clanes, los cárteles. Ya no hay servidores públicos creíbles.
LAS IGLESIAS: con sus religiones que viven más el negocio y la comodidad de sus ministros, lejos de la Verdad del Evangelio. El cristianismo es un compromiso social de interés por el otro y un amor a prueba de todo, hasta de dar la vida. Eso solo está en la Biblia, pero no en México.
Con la muerte de Don Enrique, se desploma lo dicho por funcionarios de los más altos niveles de Gobierno y quedan sin sustento las falacias, tan repetidas, “Michoacán esta Blindado”, “hay condiciones de seguridad para llevar a cabo elecciones en los 113 municipios”, “Ya las estructuras del crimen organizado están desmanteladas y mermadas”, pero los sicarios traen llave maestra para entrar al estado cuantas veces se necesite.
La descomposición social que vivimos no es consecuencia solo de los malos políticos, que cada día abundan más, sino de los malos ciudadanos que vivimos esperando a un mesías político, que nunca llegará. El egoísmo y el individualismo, contrario al Evangelio, nos está carcomiendo porque nos estamos destruyendo los unos a los otros, se ha institucionalizado la maldad y en ello todos tenemos mucho de responsabilidad.
Nuestra democracia tiene el control de nuestros pensamientos, es tan cómoda que incluso piensa y decide por nosotros, su hegemonía nos avasalla todo el tiempo, solo pocos tenemos la fortuna de luchar contracorriente.
La democracia también es negarse a las dictaduras, es liberarnos del yugo que nos oprime, porque aquel que no lucha por ser mejor está condenado a estar dominado.
No permitamos que una democracia comprada cierre las esperanzas de un pueblo, sigamos en la lucha, aunque en el camino encontremos espinas, al final lograremos aportar algo y de ello la historia siempre será testigo.
La libertad es el don más preciado del ser humano y engendra responsabilidad cívica para exigir justicia.
El buen ciudadano, ante este vil asesinato, no puede quedarse indiferente, si tiene el corazón en su lugar, tiene la valentía para solidarizarse con quienes han sido víctimas de este atropello a la dignidad humana y a quienes la defienden.
Entendamos, un país donde los pobres tienen HAMBRE y los ricos tienen MIEDO, es un país disfuncional.
Por desterrar estos dos flagelos sociales, Enrique no es el primero y seguro no será el último que pierde la vida por el ideal de la libertad.
La gente de bien no debemos permitir esto, no dejemos que el sacrificio de Enrique sea en vano.
Hoy los habitantes de Yurécuaro, deben escoger a un candidato ciudadano para que les Organice y les sirva, sin partidismos ni colores.
Ese es el mejor homenaje para el esfuerzo de Enrique, que la gente de buena voluntad de Yurécuaro sea un pueblo de hombres y mujeres libres, como él.
El deceso de Enrique debe ser considerado un hecho que encendiera todas las alarmas en Michoacán.
Hagan un alto en el camino ustedes los actores políticos, por que las cosas no están bien para los michoacanos.
Ha caído hoy un caudillo que peleo por la libertad de su gente, hombre de verdad y no de mentiras como muchos candidatos mesiánicos, que ahora si traen soluciones para todo pero nunca han hecho nada.
La lucha de Enrique no acaba con su partida, este hombre sigue en pie, con miles de ciudadanos que levantaremos la voz ante las injusticias venideras y en los políticos legítimos que estén del lado del pueblo.
Las cosas se hicieron para usarse y las personas para amarse, pero hoy amamos las cosas y usamos las personas, la vida la hemos devaluado a tal grado, que ante tantos crímenes cometidos, nos hemos acostumbrado a ver cómo nos estamos destruyendo hermano a hermano y para muchos, un caído es un número más en el panteón.
Es hora de despertar de la mazmorra, estar en lucha constante con nosotros mismos, ser valiente y decir la verdad y tal vez morir en el intento, a permanecer callados y vivir siendo unos cobardes.
Solo corriendo el riesgo y saliendo de nuestras zonas de seguridad, seremos los hombres y mujeres que reclama muestra patria, con ideales claros y distintos, a la manera de Enrique, solo así seremos eternos.
Enrique nos ha legado la enseñanza de salir de sus zonas de confort y dar la cara, pero sobre todo dar el salto de la apatía al compromiso político, de los proyectiles a los proyectos.
El pueblo hoy debe de involucrarse en la política para que no gane el abstencionismo, que elijan gente sana, preparada y de buenas costumbres, sin importar el partido, que vivan de su trabajo honrado y con muchas ganas de servir.
El arma que deben agarrar ahorita es la credencial de elector y comprometer a los políticos…. o REVOCACIÓN DE MANDATO.
La pérdida de este mártir de La Paz, no invita a la violencia pues eso empeoraría nuestra situación, necesitamos evolución no involución.
Nos invita a que ya despertemos y de una manera activa seamos los artífices de la seguridad y de La Paz, que los ciudadanos exijamos al gobierno, pero también nos comprometemos hasta lograr que se lleven a cabo los cambios necesarios.
Los excesos en los gastos de las campañas políticas no creemos que lo paguen los políticos de sus bolsillos pues seguramente se los robaron de alguna dependencia de gobierno para asegurarse ellos mismos en el poder y todavía se jactan diciendo que ya se portaran bien y que serán buenos de aquí en adelante.
Esos robos que hacen nuestros políticos hiere a la gente más pobre y necesitada, quienes al caer en hambre y desesperación, serán los que vendrán a asaltarnos, matarnos para quitarnos un vehículo, extorsionarnos y secuestrarnos.
Los michoacanos lamentamos la situación por la que atraviesa nuestro estado, con la gran mayoría de su gente trabajadora y buena. Especialmente lamentamos profundamente que criminales, ya sean del gobierno o de la calle terminen con la vida de un hombre que su único deseo era vivir y apoyar a su pueblo en paz y prosperidad.
Exigimos al gobierno del estado una investigación profunda para dar con los responsables y que estos sean llevados ante la justicia.
Enrique Hernández se mantuvo siempre del lado de la gente, exigimos que la autoridad haga justicia, no quisiéramos tener que volver a defendernos solos cómo lo hizo en el año 2013 nuestro amigo, pero si la autoridad nos obliga, no lo duden, volveremos a hacerlo.