“Mintiendo con la verdad”

Uruapan, Michoacán, 17de agosto del 2013

El Tata Lázaro optó por el cariño de su pueblo, Peña Nieto por el aplauso de inversionistas… ¡No es lo mismo!

Para entrar de materia cito a Carlos Loret de Mola en su página web: “En español, la propuesta gubernamental de reforma energética implica privatizaciones. La Real Academia Española en su Diccionario de la Lengua define el término “privatizar” como “transferir una empresa o actividad pública al sector privado”… Y ese es el quid, al cambiar palabras, como privatizar por inversionistas, el Presidente de México y su partido mienten con la verdad, ya que es verdad que buscan inversionistas, como es verdad que eso es privatización. Y no paran ahí; el uso y abuso del nombre e imagen del Gral. Lázaro Cárdenas tiene una intención, engañar, ya que al citar al General como fuente de inspiración de sus propuestas, mienten, ya que el espíritu que siempre guió al General Cárdenas fue el de defender la soberanía, muy diferente a la intención de conseguir recursos de empresas privadas, nacionales y extranjeras, a través de el otorgamiento de derechos sobre los procesos petroleros, hoy reservados exclusivamente para el Estado mexicano.

El problema de los mexicanos, es que tenemos un Presidente mentiroso, Peña Nieto prometió combatir la impunidad y metió a la cárcel a Elba Esther, en tanto Romero Deschamps se pavonea con sus riquezas, en forma irritante.

Decía que el tener un Presidente mentiroso es un problema, no porque sea novedad, la mayoría de los presidentes de México han sido mentirosos y ladrones, sino porque en la coyuntura presente, a México le urge la unidad nacional para enfrentar retos, amenazas y problemas y para implementar soluciones que garanticen su permanencia como Nación soberana y libre.

En la Hora de Opinar, Héctor Aguilar Camín señalaba que los contratos de utilidad compartida son equivalente a los contratos de producción compartida, ya que en unos se reparte la ganancia y en los otros se reparte el petróleo extraído. Es decir, si te dan dinero y con ese dinero compras petróleo, pues al final tienes el petróleo que querías. ¡No!, no es lo mismo, la figura de utilidad compartida deja fuera de la fórmula la llamada “renta petrolera”, que incluye el valor y volumen de las reservas probadas y permite, a México, cuando menos simular que se conserva la propiedad sobre hidrocarburos, para evitar el rechazo popular y que el pueblo conozca el alcance de la apertura a la privatización, en donde por razones obvias de peso económico y político, las empresas extranjeras dictarán las estrategias sobre el “negocio”, lo que les dará el control estratégico, económico y político que buscan. También defiende Aguilar Camín que el petróleo no es un producto “sagrado” y que solo es un artículo para comerciar, al que los nacionalistas, me incluyo, le damos un valor inexistente; por lo que únicamente debe regirse por las leyes del mercado… ¡Falso!, el petróleo no es un artículo o producto más; el petróleo es el producto con el que se mueve el mundo, es, hoy, el hidrocarburo más usado y necesitado para mover la planta productiva de un país; sin petróleo no se mueven la fábricas, ni el transporte, ni se produce suficiente electricidad para mover a México, por lo que, quién controle el petróleo controlará a México y tendrá un peso específico real en el liderazgo mundial. Ojo, dije: “quien controle el petróleo”, porque hoy no es Pemex el fiel de la balanza ni el instrumento de la soberanía energética nacional. Los neoliberales y entreguistas presidentes que hemos tenido, han encontrado mil formas tramposas de darle la vuelta al texto constitucional, para otorgar permisos, contratos y concesiones en donde hoy, el capital privado y las compañías extranjeras representan un alto porcentaje (se dice que el 60%) del negocio de hidrocarburos en México. La clave de la soberanía y del negocio energético, no está en los fierros oxidados de Pemex, está en el control de la extracción, conducción y procesamiento de los hidrocarburos, que es el negocio que oferta la Reforma Energética, garantizando, mentirosamente, que Pemex no se vende (no se privatiza), pero sin decir que para controlar el negocio, Pemex no es necesario… De ahí el énfasis que pone el Cuatemochas, no solo respecto al uso abusivo de la figura de su padre, sino respecto a las modificaciones al artículo 28 de la Constitución, que pretenden terminar con la exclusividad del control estatal (de México) en áreas estratégicas, lo que permitirían la participación de capital extranjero en los procesos del “negocio” de los energéticos, dándoles el control, en perjuicio de la economía y de la soberanía nacional, preocupación central del Tata.

Por lo expresado, concluyo, difícil sumarme a la propuesta de un Presidente al que es imposible respetar porque le miente al pueblo, manipulando la verdad ¡Defendamos nuestro petróleo!

Santiago Heyser Beltrán

Escritor y soñador

P.D. Agradezco a @Patriciomonero, su generosidad para permitirme replicar su cartón con este artículo.