Paz y NEM
“Abandono Escolar”
Uruapan, Michoacán, 2 de enero del 2016
La reflexión de mi hijo fue profunda: ¿No será que los jóvenes de bachillerato abandonan la escuela porque no los educan para ser personas?…
Si tuviera la autoridad para incidir en la forma de educar a nuestros jóvenes en preparatorias y bachilleratos, exigiría primero que todo docente lea el libro: EL PODER frente a la FUERZA, del Dr. David R. Hawkins, vamos, ni siquiera les pediría que lo leyeran completo, sus citas a Dios no las comparto, solo les requeriría que estudien: “El mapa de la conciencia” y que lean el capítulo 4: Los niveles de la conciencia humana; el resto lo dejaría libremente a su interés.
En Los niveles de la conciencia humana, el Dr. Hawkins describe el funcionamiento del ser humano analizando “los niveles” en lo que se expresan sus acciones, emociones y vida desde su yo interior; es decir, se analizan las respuestas del individuo a partir de su realidad y de su ser, y explica como al “subir de nivel” el ser humano puede vivir mejor y así, poco a poco alcanzar su plenitud y por ende la felicidad, alejándose del sufrimiento. ¡No!, no pretendo que el Dr. Hawkins sea el gurú de la formación de los futuros ciudadanos ¡Vamos!, ni siquiera pretendo que todos estemos de acuerdo con el Dr., de hecho podemos usar a cualquier otro autor o investigador, el punto es enseñar a los jóvenes cosas que valoren como útiles: cómo enseñarles a ser personas y su propio funcionamiento, porque tengo la impresión de que en el Bachillerato, en México, nos olvidamos de ello; es decir, lo que buscaría es que los docentes entiendan y hagan vivencial el concepto de que estamos formando a personas, no a entes productivos, no a maquinas, y obvio: ¡No a consumidores!, y que al comprenderlo en forma plena, de manera natural todas las acciones educativas, de capacitación y formativas se alineen para formar personas, seres humanos plenos e individuales capaces de discernir lo que les conviene y así actuar y vivir congruentemente con su humana naturaleza. En otras palabras, conocer y entender el: “Mapa de la conciencia” y: “Los niveles de la conciencia humana” permitirá a los maestros (y al modelo educativo) tener un lenguaje común para expresar y entender el funcionamiento de una persona y como consecuencia sentar las bases, que aunadas a las competencias genéricas, permitirán al “maestro”, no solo capacitar a los adolescentes en los bachilleratos, sino formar a los ciudadanos del futuro como personas libres, críticas, independientes, plenas y capaces de ser felices… Pregunto: ¿Qué persona que tiene la certeza de estar aprendiendo a alcanzar su plenitud para ser feliz, abandonaría la escuela? Y afirmo: ¡Sí!, el alumno tendría la certeza del beneficio, porque subyacente a la propuesta de formar personas, está el desarrollar, inducir y cultivar su capacidad de raciocinio, es decir, los alumnos de bachillerato serían seres pensantes (no los inmaduros y sensoriales que hoy estamos construyendo en una gran mayoría), lo que les conduciría de manera natural a concluir que la mejor inversión de tiempo y vida, a su edad: ¡Es estudiar!
Con esto en mente, las causas de abandono señaladas por el Dr. Rodolfo Tuirán, Subsecretario de Educación Media Superior, cito:
Se verían reducidas ante el interés del alumno de aprender, enriqueciendo el concepto de: “Caja de herramientas” (en contra del abandono en EMS) con una reforzamiento del proceso educativo: al reconocer en cada alumno a una persona integral y actuar (educar) en consecuencia.
Ahora bien, si por lo que constato y escucho hay consenso en que estamos inmersos en un mundo ruidoso que nos aleja de nuestra propia humanidad promoviendo el tener y no el Ser (el sentir sobre el amar) a través de inducir el consumo para sostener un modelo inhumano e inmoral que mantenga la “planta productiva”, aunque en el proceso nos aniquilemos ¿No será el momento para educar a nuestros jóvenes para que tengan herramientas adecuadas para enfrentar el mundo cambiante del futuro inmediato enfatizando su desarrollo interior?, ¿de ser así?: ¿Por qué no damos clases de meditación en bachillerato?, daño no nos haría y en cambio podríamos dotar a nuestros jóvenes de herramientas para enfrentar con éxito las adicciones, el estrés, la frustración y la angustia que genera el mundo actual, fomentado el razonamiento consciente para poder decidir sobre sus acciones, dándoles así el control sobre sus cuerpos y vidas que los adultos de hoy no tenemos… ¡Más formación, menos control, más felicidad y menos abandono!… ¡Así de sencillo!
Santiago Heyser Beltrán
Escritor y soñador