Confianza renovada y punto de quiebre
Hablando en Serio
“Faustino Castro”
Faustino Castro, fallecido el año pasado, fue mi amigo; además fue sacerdote, líder del Opus Dei, fundador y Rector de la Universidad de Zamora y un constante luchador para que la Iglesia no perdiera rumbo, por cosas mundanas, del mensaje de Jesús: Mi reino no es de este mundo.
Algunos, que nos conocieron, preguntarán por mi silencio en estos meses, nada pasa, solo estaba procesando la ausencia de quien en vida consideré mi guía, además de mi confidente y amigo. Hoy no escribo para honrarlo, no lo necesita ni lo requiere, su vida de servicio es testimonio suficiente de una buena vida; vida en la que escribió varios libros, uno, del que se enorgullecía fue “SERSE”, a Faustino le gustaba inventar palabras como “Serse”, cuando el español, en sus limitaciones, no tenía la palabra que el necesitaba para expresar un concepto o idea con la precisión que él requería. En la contraportada de su libro, puso lo que a mí entender fue mensaje central de su vida, predicado con el ejemplo, con el permiso que me dio en vida, lo cito:
“Cuando a un hombre le importan más las cosas que las personas las cosas separan, y aun enfrentan, a ese hombre con muchos otros hombres.
Cuando a un hombre le importan más las personas que las cosas, las cosas no son obstáculo, ni barrera, son puente para superar las diferencias humanas enriqueciendo mutuamente a quienes las comparten y conviven.” Faustino Castro.
El libro inicia con lo que era su descripción de la vida, vuelvo a citarlo: “Serse” I. Para quién lo leyere. I.1 La vida es así. Para que el hombre –cada hombre- en esta nuestra Tierra, pueda percibirse con su natural altitud y hondura, con toda la amplitud de su naturaleza personal, será preciso vivir con decidido afán de plenitud y, antes, con esperanza y confianza.
Entre nosotros, cada uno de los hombres, ciertamente hay tarados mentales e imbéciles congénitos, hay enfermos incurables e injusticias, hay oprimidos y hambrientos, hay traidores y hay torturados, hay fracaso y hay dolor, hay miedo y cobardía, y hay también esquizofrénicos y dementes, hay engaños y saberes con sensación de absurdo, hay ambición y corrupción, hay vanidad y soberbia, a todo esto solemos denominar <males> …; pero también hay hombres sanos, de cuerpo y mente, hay hombres sinceros, hombres justos que procuran la justicia, hombres que usan su poder y su riqueza en servicio de sí mismos y de los demás, hombres abnegados y hombres sabios; hay padres y madres, y hermanos y amigos y compañeros, que viven todos ellos como tales; hay hombres que crean obras de arte, que aportan sus pensares y sentires, profundos y llenos de vida, hay quienes son prójimos entre sí, y se aman, y viven esforzándose o contemplando y, en sus vidas, hay esfuerzo y belleza y hay paz y gozo …; hay quienes viven con autenticidad su vida, amando y siendo amados.
Sí, a grandes rasgos, así es la vida, hoy, de los hombres que vivimos en la tierra…”
En el tiempo compartido, tuve la fortuna de presentarlo con algunos de mis hijos, de ello, solo les comparto que dejó huella y que ellos lo recuerdan con una especie de cariño respetuoso, porque Faustino, hombre sencillo, tenía el don de llegarle a la gente poniéndose a su nivel, el nivel de iguales, porque en nuestras diferencias reconocía en cada uno a una persona en plenitud.
Un día le pregunte a Faustino que puso como slogan de la Universidad: “Cada hombre como meta”: ¿para qué existimos, por qué nacimos?
Faustino me tomó del brazo y me condujo al patio central de la Universidad en aquel tiempo (ya mudaron instalaciones), ahí, en el muro con letras grandes se leía: “Si quieres saber si creces,… pregúntate si estas amando. Si quieres saber si amas,… pregúntate si estas creciendo.” Venimos a este mundo a crecer, me dijo, para lograrlo en eso que llamamos tiempo de vida y alcanzar nuestra propia plenitud, lo hacemos amando, el amor es el motor, concluyó… ¡Así de sencillo!
Un saludo, una reflexión.
Santiago Heyser Beltrán
Escritor y soñador