UGC, el objeto del deseo
Es irracional acusar a la administración federal de la baja en los precios del petróleo y el alza del dólar frente al peso, aunque hay quienes lo hacen. De lo que si es correcto acusarlos es de que no parecen tener plan de contingencia ante lo que se avecina.
Venezuela se halla en recesión y se dice por ahí que Obama se congratula de la situación actual en Rusia, su venganza contra Putín. Ambos países tienen economías petrolizadas y con el barril por debajo de los 50 dólares están en serios aprietos.
En México por lo pronto parece (parece) que ya la libramos. Con el seguro contratado, un dólar un poco más caro y la importación de petróleo ligero de Gringolandia no debería haber mayor problema para ajustar las cuentas públicas para el presente año. El asunto se viene para 2016 y aunque Peña Nieto anunció que no habría más impuestos, se antoja a que lo dijo por que estamos en temporada electoral. Así que no se sorprenda sí recibimos el 2016 con más impuestos porque obvio de algún lugar tiene que salir para pagar los 10 millones de televisores que la administración peñista tendrá a bien regalar a las familias más necesitadas del país.
Gringolandia aumentó en años recientes su producción de petróleo a niveles que no se habían visto en décadas y esto no pareció agradarle mucho a Arabia Saudita quien está manteniendo una sobreoferta para presionar a la baja los precios y así perjudicar a los gringos, pues el método de extracción que están utilizando para repuntar su producción no puede tolerar un precio bajo. De manera que se antoja complicado el arranque de la reforma y la llegada de inversión a suelo mexicano.
Por lo pronto en Pemex están revisando contratos ante una inminente incapacidad de pago hacía sus proveedores de servicios. Pero no se apure sólo están reajustando el gasto.
Si puede agandállese un televisor, después de todo lo terminará pagando en 2016.
Un hombre libre
Estudió derecho, después filosofía, sin embargo el periodismo tomó rienda de su vida. Poco antes de cumplir la mayoría de edad Julio Scherer entró a trabajar como ayudante de redacción al diario del que se volvería director en 1968: Excélsior. En ese momento mostró a todos el verdadero oficio periodístico llevándose con ello la enemistad de Luis Echeverría. Poco después el presidente provocaría la expulsión de Scherer y de sus colaboradores del diario y pronto surgiría Proceso como respuesta al golpe presidencial.
Mucho o poco se puede decir acerca de Julio Scherer. Yo por mi parte quiero decir que la libertad se lucha a diario y se gana de a poco cuando no se la tiene. Que el ejercicio de la misma es la labor más noble que hombre alguno pueda anhelar para sí y para su prójimo. Por eso el 7 de enero fue un día triste para la libertad, pues ese día se retiró un hombre que nos dio una lección sobre libertad de expresión y periodismo.
Se retiró tras de Vicente Leñero y con ellos se va una excelente generación. Periodistas a quienes debemos más que las honras, les debemos haber salido al campo de batalla y ganar terreno para el ejercicio de la libertad de expresión en este país.