Indicador político
Madero, la caballada está muy loca
Como buenos evolucionistas que somos se anda diciendo por ahí que la corrupción la traemos en el ADN, quisiera imaginar a que razones de sobrevivencia responderá semejante herencia genética. Ateniéndome a esa idea me atrevo a decir que también traemos lo argüenderos, y mucha honra: basta ver la fama de nuestras telenovelas en el extranjero.
La clase política no es ajena a los vaivenes de la florida cultura que nos traemos los mexicanos y claro está tenemos a panistas y perredistas comportándose a la altura. Los primeros demostrando las porquerías que hay al interior de la casa. Y no, no es mi interés señalar los actos inmorales que realizan algunos de sus agremiados, ya ellos sabrán si van y se confiesan por andar de calientes. El asunto es que la filtración de vídeos y de rumores como el del medio millón de pesos que supuestamente un panista le ofreció al otro (que asegún para cambiar su voto, que asegún por arte) nos demuestra que la caballada no sólo está flaca, ya la hambruna la está enloqueciendo.
Por otro lado tenemos a los perredistas, que están igual o más divididos que los panistas. Cárdenas no será el candidato de unidad que como mesías traería una nueva era al PRD. Y serán unas nueve las corrientes que contenderán en el proceso para la renovación de la dirigencia, proceso en el cual incluso interviene el INE. Digo, porque los nenes nomás no se ponen de acuerdo.
Todo esto mientras el preciso anda de manteles largos con la ya trasnochada celebración por las reformas, el nuevo aeropuerto (que conste que no habrá expropiaciones) y el reetiquetamiento de Oportunidades en Prospera. Oficio político pues.
Lo que quiero decir es que si perredistas y panistas no se apuran, se encuadran y se ponen las pilas el PRI les va a comer el mandado el próximo año. Y ahí sí, no habrá consulta popular que valga.
A modo de inconclusión
Prospera es un programa que suena a menos paternalismo, claro está que a un año de las intermedias no deja de sonar a programa electorero. Lo cierto es que con la reforma energética habrá una reducción en los ingresos petroleros de la nación, que dudo se recuperen pronto. Hasta parece que el aumento en impuestos que tanto sufrimos y tanto desaceleró la economía se dio en la perspectiva de una caída en la renta petrolera. Eso es mover a México y no chingaderas.