La buena nueva es que ya se aprobó la reforma energética. La mala es que la economía nomás no conjuga. El señor Videgaray, a quien sospecho le hace falta revisar la graduación de sus lentes, mantiene la previsión de crecimiento de la economía en 2.7% para 2014, desde ese utópico 3.9% de principios de año.

Por su parte BANXICO lo redujo de un rango de 2.3 – 3.3% a uno de 2 – 2.8%.

Es cierto que la generación de empleos ha sido buena: de enero a julio se han generado cosa de 440 mil empleos, en comparación con los 300 mil de mismo periodo del año pasado. Claro, lo empleados que perciben más de cinco salarios mínimos han disminuido y los que perciben entre dos y cuatro han aumentado.

También es cierto que el turismo muestra cifras muy halagüeñas: la balanza turística durante el primer semestre creció 29% en comparación con el mismo periodo del 2013, pero resulta que el turismo nacional se contrajo cosa del 1%.

Aquí viene otro dato, en el periodo enero – mayo del 2012 en consumo privado creció algo así como 6% en comparación con 2011, en 2013 creció 3.5% con respecto a 2012, y este año ha crecido tan sólo 1.4%. Disminuye su crecimiento pues.

Básicamente hay cifras buenas y hay cifras malas y en economía, por más que quieran, todo son especulaciones. Aquí mi especulación es que el señor Videgaray no ha visto bien las cifras y aunque el turismo internacional o el empleo han crecido, lo cierto es que los turistas nacionales no y los empleos de calidad tampoco.

Le dejo esos datos a su consideración.

A modo de inconclusión

A PEMEX ya le asignaron campos, el próximo año se reparte el resto del pastel. Se esperan inversionistas nacionales y extranjeros, los extranjeros se esperan más en aguas profundas. Para 2016 veremos gasolinerías de diversas marcas y para 2018 la gasolina se venderá según los precios internacionales. Grandes cambios se avecinan, sea para bien o sea para mal.