Signos ominosos
Es cierto. Los impuestos tienen un efecto negativo sobre la economía, darle más dinero al gobierno no la alienta en principio. Además de que pone de mal humor a los contribuyentes. Por eso vemos a los REPECOS poner el grito en el cielo ante su cambio de situación.
Se consiguió tener Reforma Fiscal por que en realidad era una vulgar miscelánea. Pero tenemos atoradas las otras reformas que detonarían la economía nacional. El verdadero combate no era en la arena constitucional pero en la reglamentaria. Las reformas están paralizadas y no parece que los legisladores le metan fierro a esto pronto.
Esto sin duda viene en detrimento de alguien. Y ese alguien es nuestro amado líder, no sólo tuvo que soportar la vergüenza de no estar entre los más influyentes de la revista Times sino que ahora ve como sus reformas nomás no toman sustancia. Hasta Maduro encontró lugar en la lista.
Básicamente el congelamiento que viven las reformas estaría afectando la popularidad del presidente, lo que aunado al descrédito que algunos funcionarios le están dando al PRI hace pensar que los estrategas de dicho partido deben estarse partiendo la cabeza para salvar las próximas elecciones. ¿O no?
Estamos ya en el segundo trimestre del año, la economía nacional anda por la calle de las amarguras y los analistas ya barajan un crecimiento para 2014 de 3.1%. Unas décimas abajo del optimista 3.9% de Hacienda; que recordemos, el año pasado tampoco le atinó.
Para cuando agarren piso las reformas restantes, el año ya estará muy avanzado y probablemente los analistas volverán a revisar a la baja las siempre ficciosas estimaciones de crecimiento. La mala noticia es que el próximo año tenemos elecciones, y esas tampoco resultan buenas para la economía.
Ay le encargo que se apriete el cinturón o confíe en que el gobierno que está transformando a México le haga llegar su tarjeta Monex.