Cuarto poder acertó Xóchitl
El lunes la noticia no se podía ignorar más: Ingrid y Manuel realizaban estragos en ambos litorales mexicanos, el del pacifico y el del atlántico. Como cada año, la temporada de lluvias ha llegado con toda su fuerza. Fue entonces que vimos las escenas en televisión del puente aéreo que realizó la relumbrante Comisión Nacional de Seguridad entre las ciudades de Acapulco y México, escenas que se vieron embellecidas por el emotivo abrazo que una chica le ofrecía a Mondragón y Kalb, su héroe. Hasta el día miércoles poco más de 3’000 personas habían sido transladadas en aviones de la PFP, por medio de dicho puente aéreo, siendo que eran apenas algo así como el diez porciento de los damnificados.
De repente vemos escenas como aquella y pensamos en la eficacia del estado. La administración pública es el Estado en acción, y tal pareciera que el Estado administra adecuadamente, al menos en apariencia. Recordemos el grito de independencia de hace unos días, el primero de Enrique Peña Nieto y marcado por al menos dos hitos: el desalojo de los profesores de la CNTE y los acarreados del Estado de México. Con que estilo los medios de comunicación narraron los sucesos del viernes previo al grito, la fuerza del Estado se hacía sentir con fuerza y claridad: el derecho de los mexicanos a celebrar a aquellos héroes olvidados y derruidos no se vería perdido por el derecho de otros tantos a manifestarse en contra de un acto legislativo perjudicial. Y más aun, con que facilidad la maquinaría priísta movilizó a miles de acarreados “para apoyar al Licenciado Peña Nieto”. Cuanta claridad vimos en el actuar del Estado, lo importante era celebrar el grito, lo necesario era conmemorar aquella fecha a pesar de la mala memoria de nuestro señor presidente, y ni los maestros ni los ciudadanos inconformes impedirían que eso sucediera.
La pregunta que queda en el aire es ¿Dónde está aquel Estado tan eficaz cuando se producen sucesos como Ingrid y Manuel? Es posible que la pregunta permanezca ahí, en el aire, leve y ligera. Por que después de todo ¿qué importa más en este Estado? ¿la salud y bienestar de unos cuantos ciudadanos o la imagen nacional e internacional de un presidente como el nuestro?