Ayer platicaba con un alemán, compañero profesor, sobre lo molestos que me llegan a los resultar sus vecinos franceses. Él recordaba que cuando se intentó cambiar la edad de retiro en Francia, el pueblo francés se opuso y logró evitar la aplicación de aquella ley que no deseaba. Cuando se intentó lo mismo en Alemania, nadie dijo nada y la ley pasó. Lo dijo señalando la consciencia francesa de movilización social y democracia -Claro, aunque ahora los franceses no pueden con su economía. Acoté. Personalmente hubiera preferido un relanzamiento de las relaciones México – Alemania que de aquellas con los insufribles franceses. 

En materia de Estado existen dos componentes de vital importancia: legitimidad y legalidad. La legitimidad la otorga el pueblo mediante su adhesión al pacto social, la legalidad las instituciones mediante la aplicación coherente de la norma jurídica. Puede sin embargo suceder que una ley no sea del beneplácito del pueblo y por ende aunque goce de legalidad no lo haga de legitimidad. Recordaremos que el eterno aspirante se hizo llamar “legitimo” pues si las leyes no le daban la silla, el pueblo (en su grandilocuencia sin límites) sí lo hacía.

En México, debido a su tradición de vaivenes políticos y la mala calca de las tradiciones políticas gringa y francesa, el constitucionalismo es una ambigua suerte de amalgama entre legalidad y legitimidad. En teoría sí está en la Carta Magna es ambos legitimo y legal. Sin embargo pa’ cabrón, cabrón y medio; de manera que en la tradición política nacional si es descaramente posible no hay carta magna que valga.

En un artículo para Letras Libres titulado “Al borde de la inconstitucionalidad: el comisionado en Michoacán” Gizeh Polo y Rafael Ch desarrollan una tesis en torno a como la existencia del Comisionado violenta tanto el orden federal como la división de poderes estatal; pues ni la federación puede darse esas atribuciones tan fácilmente ni el gobernador puede pasarse por el arco del triunfo al congreso estatal antes de proceder con el Acuerdo que dio origen al Comisionado.

Por otro lado, el periodista Ciro Gómez Leyva menciona sobre el vídeo de la reunión de “La Tuta” con Reyna que “lo que sí termina de dejar en claro esa grabación es el nexo en aquellos comicios entre el PRI y los criminales” lo que aunado al vídeo difundido por Milenio Televisión “en donde la voz de un templario exigía el voto a favor del candidato priista a la presidencia municipal de Tuzantla” hace pensar en la falta legitimidad que podría sufrir el gobierno estatal de ser ciertas estas aseveraciones.

Dados ambos postulado me atrevo a considerar ahora sí a Michoacán como ejemplo de un Estado fallido pues tanto la legitimidad como la legalidad se encuentran ausentes en la entidad.

Por cierto, hoy nos hemos venido a enterar que la entidad en el núcleo de la región más violenta del país.