Itinerario político
La corrupción es el cáncer de Michoacán. No se combate con más policías ni con asistencialismo. Es un tema de fondo que requerirá un extraordinario esfuerzo sistémico de muy largo aliento. Este logro lo han conseguido naciones que han padecido adversidades muy intensas, siendo destruidas por guerras, hambrunas o catástrofes naturales, que les han permitido mensurar la imposibilidad de transitar el sendero hacia el desarrollo integral entre la corrupta niebla alimentada colectivamente. Toda la sociedad ha entendido que no se puede seguir adelante sin eliminar todo acto corrupto de la vida pública. Esto es, en sentido estricto, consecuencia de la educación recibida, de manera formal o informal, aprendiendo la razón colectiva a discernir asertivamente entre el bien y el mal, orientándose a elegir lo mejor.
Lamentablemente, en una sociedad corrupta los procesos que orientan al ser humano hacia el bienestar y el desarrollo están pervertidos y llevan a los ciudadanos por caminos equivocados que incitan a resolver las vicisitudes de la vida con mecanismos ilegales y que transgreden los derechos de terceros. Así, se legitima de facto la corrupción actitudinal, que se manifiesta de ingentes maneras por todo el entramado social y que se potencia en el sistema educativo por ser el modelador del ser humano y que se ha llenado de subsistemas y redes paralelas de corrupción que es necesario desenquistar a la brevedad.
Es la corrupción en el sistema educativo la que ha permitido que en 2010 permanezcan 305 mil 178 analfabetas en la entidad, que en Michoacán 18 mil niños no tengan acceso a la educación, que 160 mil 235 menores de edad trabajen, que permanezcan escolapios sin clases en Peribán, Múgica y Parácuaro, que continúen las marchas impunes de la CNTE en horario laboral, que prevalezca el tráfico de plazas y el ignominioso marchómetro.Hoy, rebasados, algunos trabajadores de la educación se deslindan diciendo que “nosotros no somos responsables de la educación que traen los niños desde casa, estamos para enseñar y no para educar”.
Hoy, la aplicación de la Prueba ENLACE ha sido corrompida en la nación, sin haberse combatido el uso perverso del instrumento y por ende cancelada por la SEP, lo cual solamente abona a que la corrupción siga ganando espacio, rompiendo la inercia ganada durante años en Michoacán que ya sumaba más de un tercio de las escuelas estatales. No aplicar ENLACE en 2014 es entregar una bandera de victoria a la CNTE y demás denostadores.
A pesar de que Michoacán es el primer lugar nacional en el “factor copia” al responder la prueba ENLACE, más de nueve de cada diez alumnos contestaban sin trampa alguna los reactivos. En la nación, uno de cada veinte contestaba irregularmente el examen. Es incorrecto cancelar la evaluación para beneficiar a un estudiante corrupto que impide conocer el logro académico de nueve alumnos honrados.
También,eliminar la Prueba ENLACE 2014 sienta un precedente respecto a la actitud del Gobierno Federal hacia la evaluación de la política pública. Es imposible imaginar la evaluación de las capacidades adquiridas por los beneficiarios de programas asistencialistas para lograr independencia económica y alto desarrollo humano por cuenta propia, por ejemplo. Más aún, si lo que se busca es combatir la corrupción para desarrollar armónica, sana y equilibradamente a la sociedad michoacana, hay un evidente contrasentido entre el apoyo federal ofrecido de 45 mil 500 millones de pesos para la entidad y la anulación de la evaluación educativa. Hoy más que nunca, Michoacán requiere evaluar y ser evaluado honradamente para combatir la corrupción.
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