Libros de ayer y hoy
El pasado miércoles, en Toluca, capital del Estado de México, se reunieron el primer ministro Canadiense, Allan Harper, y los presidentes de Estados Unidos y México, Barack Obama y Enrique Peña, en el marco de la denominada cumbre de Líderes de América del Norte. Fue una visita breve de los mandatarios extranjeros, en la que, como ya es costumbre en este tipo de encuentros, es más el ruido que se hace que los logros alcanzados.
A pesar de las especulaciones que se hicieron días antes de la reunión en el sentido de que la agenda de la Cumbre incluiría temas relevantes para México como la migración, la revisión del TLC, la cooperación activa en materia de seguridad, o la eliminación de la visa requerida a los mexicanos por el gobierno de Canadá, finalmente, el tema que monopolizó el encuentro entre los mandatarios fue el energético.
Los presidentes y el primer ministro canadiense instruyeron a sus ministros de energía para reunirse este año con el fin de conversar sobre las “oportunidades para promover estrategias comunes de eficacia energética, infraestructura, innovación, energía renovable, fuentes de energía no convencionales, comercio estratégico y desarrollo responsable de recursos, incluido el desarrollo de estudios técnicos relevantes”, dice el comunicado de la Presidencia de la República.
Días antes del inicio de la Cumbre, se escucho decir en el Gobierno Federal que se impulsaría una agenda importante que tocara temas como el migratorio ya que, por una parte, en el caso de Canadá, la imposición de visas para los nacionales que deseen viajar a aquél país se ha convertido en un proceso tortuoso que ya tiene como consecuencia la caída de más del 50 por ciento de visitantes mexicanos a Canadá.
El mismo tema migratorio era parte de la agenda a tratar con el presidente estadounidense con la finalidad de conocer cuál es el estado de cosas de la reforma migratoria que se encuentra en discusión en aquel país, así como la de promover la inclusión de ciertos aspectos que todavía dicha reforma no contempla pero que son de suma importancia para nuestros connacionales.
De entrada, la posición del Gobierno Mexicano parecía atractiva, no obstante, al acercarse la fecha de la cumbre, las declaraciones bajaron de tono y solamente quedaron como ideas dispersas que no llamaron la atención y, mucho menos, el interés de los mandatarios extranjeros. En el mejor de los casos, si usted gusta verlo así, el primer ministro canadiense, Allan Harper, contestó al gobierno de México que por el momento Canadá no iba a quitar el requerimiento de visa a los mexicanos y que en un mediano plazo tampoco se veía haciéndolo. Es decir, simple y sencillamente dijo no a la petición que se le hizo.
Así las cosas, parece que con esta Cumbre los países que se llevaron los mejores dividendos de ella fueron Canadá y Estados Unidos ya que, por lo menos, ellos sí aseguraron acuerdos relacionados con el sector energético de nuestro país, ahora que, con la reforma energética, podrá llegar capital privado, nacional y extranjero, a México para la extracción y transformación del petróleo.
La Cumbre entre los líderes de América del Norte no le dio a México ni reforma migratoria en Estados Unidos, ni eliminó por parte de Canadá el trámite de visa a los mexicanos, pero en cambio nosotros sí les acabos de poner envuelto para regalo el petróleo mexicano. Vamos bien!