Poder y dinero
El gran reto de vivir en democracia: reformar para transformar
Conscientes de la diversidad política que prevalece en nuestra Nación, así como del interés y participación activa de cada vez más grupos sociales en los asuntos públicos y de toma de decisiones, el Presidente Enrique Peña Nieto, de manera conjunta con las principales fuerzas políticas del país, en aras de la consolidación de la efectiva participación ciudadana y de la legítima representatividad de todos los actores sociales, propuso e impulsó el acuerdo político nacional, quizá más importante de los últimos años en la historia reciente, denominado “Pacto por México” y que sienta las bases para el diseño, ejecución y evaluación de nuevas políticas públicas gubernamentales, en la búsqueda del fortalecimiento institucional y del sistema democrático en el Estado Mexicano,“…un sistema de vida fundado en el constante mejoramiento económico, social y cultural del pueblo”.
Así, en la elaboración del documento de trabajo que rige la programación y presupuestación de toda la Administración Pública Federal, el Plan Nacional de Desarrollo 2013-2018estableció la agenda que previó llevar a cabo diversas reformas estructurales que permitieran resolver los grandes retos que hacen frente al desarrollo nacional.
Y hablar de las últimas reformas a la Constitución General de la República, la legislación secundaria y su armonización en las entidades federativas, en materia penal, energética, de telecomunicaciones, de combate a la corrupción, financiera, hacendaria, laboral, educativa, de competencia económica, política-electoral y de transparencia, entre otras, es hablar de un programa integral que consolida un cambio, modificación o transformación de la mayor relevancia, en la esencia, los cimientos y el andamiajeinstitucional y de leyes en nuestro país. Son las reformas estructurales el aggiornamentopolítico, esta adaptación o nueva presentación de principios al mundo actual y moderno.
Por lo que, ante el contexto que se vive en este momento y en la justa medida con que avanza la consolidación democrática del país, la gran mayoría de las expresiones sociales, coincidimos en la necesidad de reformar responsable y estratégicamente para propiciar la transformación, y así, movernos hacia la gobernabilidad, “atributo colectivo de toda la sociedad para dotarse de un sistema de gobierno que empuje el carro de los objetivos del desarrollo humano”, capacidad social que supera los problemas específicos en relación con el desarrollo nacional.
Ahora, con base en la implantación de estas nuevas medidas jurídico-políticas, que dimanan del proceso reformador, corresponde al Estado, la grave obligación para consolidar la rectoría integral y sustentable del desarrollo nacional, con resultados tangibles e inobjetables para las familias mexicanas, que garantice la democracia y justicia social para todas las familias mexicanas y que encuadre con el contexto internacional que exige de una evolución y crecimiento económico que alcance, de la manera más eficaz, la productividad y competitividad en su máximo potencial. Sin embargo, también es cierto que su impacto dependerá, en gran medida y de una responsabilidad compartida, de esfuerzos, voluntades y consensos incluyentes, donde todas las voces suenen e impulsen plataformas y propuestas plurales.
La prospectiva de las reformas estructurales debe fundarse en superar los grandes retos públicos: el crecimiento sostenido de la economía nacional, concretando el cómo es que pasaremos de las buenas finanzas nacionales a las buenas finanzas familiares, de los buenos indicadores a un productivo y eficiente bienestar social. Lo que los mexicanos queremos es certidumbre de un futuro promisorio que implique un reordenamiento político, social, económico y cultural.
Hoy, el gran reto de vivir en democracia exige a todos los actores sociales asumir a cabalidad la responsabilidad transformadora que debe, necesariamente, construirel rumbo inmediato de nuestro país, desde la pluralidad, el debate ideológico y los consensos, donde consolidemos libertades e igualdades. Mover a México debe ser una agenda ciudadana, es un reto nacional. Tenemos que pensar con prospectiva y actuar en consecuencia.