Contexto
Gran parte de la sociedad mexicana encuentra en los vergonzosos sucesos de Ayotzinapa una vía de escape para manifestar su inconformidad reprimida por mucho tiempo frente a los actos de autoridad del Estado; el ejercicio del poder ha derivado en muchas partes de la nación en los últimos tiempos, en un error de omisión, el olvido del objetivo por el cual el Estado se constituye: atender un bien común.
La naturaleza del servicio público, el entregarse a los demás, sólo es parte del discurso demagogo en las campañas electorales, los resultados hoy afloran, el revanchismo político de quien ejerce el poder en supremacía respecto de otros, también es parte del juego para derribar al contrincante y así la lucha de poder servir se convierte en un combate cruento con consecuencias lamentables. Las manifestaciones de exigencia para que se presente a los jóvenes estudiantes normalistas desaparecidos se desborda y se pudiera lastimar a actores que en aras de sumarse a dicha exigencia han sido crucificados, es el riesgo de los políticos, el linchamiento extremo bajo el fanatismo exacerbado de unos cuantos.
Ante lo convulsionado de un país que se presume de ser un gran reformador ante el concierto internacional de naciones, hoy asume la figura de ser un estado genocida a consecuencia del abuso del ejercicio del poder. Es conveniente que no únicamente exijamos el restablecimiento del orden en Guerrero, también en toda la nación mexicana, es adecuado no sólo pensar en esos jóvenes caídos, sino en todos los caídos en la lucha por obtener un mejor derecho, aquí y en todas las latitudes de nuestro planeta; es entonces justo no pensar en obtener un beneficio personal en la lucha que cada uno realice desde su trinchera, mejor en lograr éxito en la lucha en beneficio de nuestra colectividad; una vez más es preciso señalar que la vía armada no es una alternativa jurídica, pero sí lo es un pueblo educado, y pertrechados con las armas del conocimiento y de la defensa de nuestros derechos se podrá lograr una victoria con cada acción que se inicie para sumarse en una gran victoria colectiva en el beneficio de nuestra nación, en beneficio de todos. Hoy actuemos con responsabilidad en el ejercicio de nuestros derechos, no lastimemos a otros en un extremo visceral de fanatismo, busquemos el justo medio para que asumamos nuestros errores y los enmendemos con acciones, no con palabras o discursos huecos.