UGC, el objeto del deseo
Uruapan, Michoacán, 28 de noviembre del 2015
A este mundo venimos a crecer en ese tiempo que llamamos vida; proceso que se logra a través de amar y servir, que de facto es una forma humana de amar.
La vida no es un producto terminado, la vida es una jornada, una travesía, un recorrido que realizamos durante el tiempo que tenemos, valga la redundancia: vida.
Mi maestro y amigo Faustino Castro (ya en el cielo después de una fructífera vida de servicio), fundador, es-rector y oidor de la Universidad de Zamora en Michoacán, me enseño que el objetivo de vivir es crecer, es decir, a través de ese camino que es vivir, las personas crecemos hasta lograr nuestra personal plenitud, también me enseñó que ello se logra amando; que el amor es el motor, la energía y la motivación que nos permite crecer mientras vivimos, por ello: Si quieres saber si creces,… pregúntate si estás amando. Si quieres saber si amas,… observa (pregúntate) si estás creciendo.
El diálogo con mi hijo Santiago inició con una reflexión sobre una charla previa:
Jr- Hay una idea que se mantiene presente a lo largo del tiempo, papá: En alguna charla mencionabas en general que estamos de acuerdo con las ideas y enfoque generales sobre la vida, pero que te parecía que el pensamiento racional y el análisis te daban la impresión de ser un mejor camino que la meditación… Mi sensación es que no he logrado transmitir el beneficio de la meditación. Ojo, no excluye el pensamiento a la meditación, de hecho la meditación trasciende al pensamiento.
P- Así es, quizás mi énfasis en razonar sea porque no sé o no he intentado meditar y si pensar, analizar, resolver.
Jr- Me pasa, papá, que siento que perdí mucho tiempo estando “dormido” e inconsciente sin saber para dónde ir o que buscaba, o que me llenaba o cual es mi sentido de propósito de mi vida,… pero dicen por ahí que nunca es tarde.
P- Hace años, andaba por los 17´s, leí una reflexión del maestro Rius, el de Los Supermachos, que decía más o menos: Cualquier hombre que no siente un caos dentro de sí, no está viviendo… Recuerdo que me tranquilizó, porque sentí que yo traía un desmadre dentro de mí y que en consecuencia estaba viviendo con mucha intensidad. En otras palabras, creo que ese sentimiento de estar perdido es parte del proceso de vivir y motor de búsqueda de respuestas que te impulsa a “caminar”, entender y aprender, lo que de manera natural da sentido a tus días; es decir, mientras buscas y en lo que encuentras “tus” respuestas; pues está viviendo y estás viviendo bien, ya que estás en el proceso de “crecer”, razón de tu existencia.
Jr- Hablando de meditación, sólo piensa en esto: La ciencia dice que las personas se distraen con pensamientos alrededor de 40 veces por minuto, imagina la meditación como una herramienta que disminuye ese número de 40 a 20 o 15 o 0. Solo como ejercicio, no como camino. Ahora imagina el nivel de eficiencia de tu razonar con una mente más eficiente (una mente que fue al gimnasio).
P-No discuto valor de la meditación, señalo que tus resultados no son óptimos… Revísate,… ¿y qué te ha dado la meditación? Insisto, no la descalifico, pero debe tener un fin, un propósito y un resultado: ¿Eres feliz? ¿Vives con plenitud? Creo que la vida debe ser búsqueda continua, pero debe también ser satisfactoria, y no hablo de la alegría de la madre que juega con el hijo, hablo de algo más profundo, la alegría interior de alcanzar tu propia plenitud, o como dicen los que saben, tu iluminación.
Jr- En esa perspectiva identifico 3 etapas en mi vida: 1.- La alegría de la mamá dormida del asceta (1-30 años). 2.- Un despertar paulatino, acompañado de una desilusión y tristeza sobre la vida, los humanos, cómo vivimos, cómo nos relacionamos, como consumimos, cómo el ambiente es permanentemente hostil y sobresaturado de información para que alguien saque algún tipo de ventaja sobre los demás. (30 a 39 años) 3.- El último año, desde que regresé de Colombia he ido encontrando algo de paz y alegría en este mundo hostil que me cansa diariamente, apenas tengo momentos e encontrar alegría en la simpleza de las cosas mientras el estrés del mundo está constantemente presente.
P- Ese es el punto, hijo, que mientras vives tu vida debe ser divertida, no triste… Finalmente, aún sin meditar concluyo que estar triste por lo que no puedes cambiar ¡No resuelve nada!… No debe entristecerte la realidad que no puedes modificar, mejor haz lo que tengas que hacer y siéntete satisfecho al tiempo que sirves. Por eso te sugiero amorosamente que pases a la acción y construyas tu camino andando… ¡Así de sencillo!
Santiago Heyser Beltrán
Escritor y soñador