Cuarto poder acertó Xóchitl
La Secretaría de Hacienda y Crédito Público, SHCP, bajó su pronostico de crecimiento para el Producto Interno Bruto de 2015 de un rango de 3.2 a 4.2 por ciento, a un rango de 2.2 a 3.2 por ciento. De acuerdo a lo comunicado por la SHCP, fueron dos factores los que principalmente contribuyeron a este ajuste a la baja del PIB, por una parte señaló que el crecimiento de los Estados Unidos no ha sido suficiente para “jalar” a la economía mexicana hacia un crecimiento más acelerado; por otra, señaló que la baja actividad petrolera que ha tenido nuestro país en los últimos meses ha afectado gravemente la economía nacional, aunado esto con el bajo precio internacional del petróleo.
Los pretextos y explicaciones nunca faltan cuando se presentan crecimientos económicos mediocres y que no pueden hacer frente a los grandes retos que tiene nuestro país: disminuir la desigualdad, reducir la pobreza, dar oportunidades a los jóvenes, generar empleo, entre muchos otros. Lo que sí es una realidad indiscutible es que México no está caminando por el rumbo correcto, el crecimiento del PRB durante el primer trimestre de 2015 es el más bajo de los últimos cinco trimestres, cosa que no es menor porque en los últimos cinco trimestres hemos tenidos crecimientos en este indicador de por sí mínimos.
Derivado de lo anterior, otro movimiento a la baja que se presentó en los indicadores económicos de nuestro país, es la reducción del PIB per cápita ya que en el periodo de enero a marzo de 2015 bajó 8.25 por ciento, lo cual en números brutos significa que pasamos de 10,519 dólares a 9,651 dólares per cápita.
La actividad industrial en nuestro país se encuentra a la baja, disminuyó 0.2 por ciento, el sector más importante y de mayor peso en la economía mexicana, el terciario o de servicios, que contribuye con el 64 por ciento de la riqueza generada, presentó un avance de a penas0.5 por ciento. Finalmente, el Indicador de la Actividad Económica (IGAE), descendió 0.64 por ciento.
Preocupa lo que está sucediente en materia económica en nuestro país, y preocupa más que el gobierno actual se vea pasmado ante los acontecimientos que se están presentando un día sí y otro también. La realidad que envuelve a diario a las familias mexicanas es de carestía, desempleo e inseguridad; mientras que el discurso del gobierno federal se limita a decir que vamos caminando por el camino correcto, cosa que todos sabemos no es así.
Lo que se avecina, una vez que pasen las elecciones del 7 de junio, no será uno de los mejores momentos para nuestro país y sus familias. Si ya estamos resintiendo los efectos de la errática marcha de nuestra economía, en los meses que vienen los efectos se agudizarán. Ese es el pronóstico que los datos actuales nos hacen estimar, aunque desearía sinceramente que dicho pronóstico sea equivocado.