Don Alberto/Arturo Herrera Cornejo

La sencillez lo caracteriza, tanto así que al hacerse público su nombramiento por el Papa Francisco, en una entrevista periodística rechazó el título de “príncipe de la Iglesia” definiéndose a sí mismo como un Cardenal de la periferia. Ha manifestado su preferencia por los pobres y por las víctimas.

“Fue en Jungapeo, donde recibí la noticia, -refiere- me habló un amigo por teléfono a eso de las cinco de la mañana el 4 de Enero para decirme que estaba oyendo Radio Vaticano y el Papa me había mencionado como nuevo Cardenal, no le creí. Pensaba regresar a Morelia al medio día y pasar a comer a las truchas, junto a Los Azufres, en eso entró la llamada del Nuncio Apostólico, Christophe Pierre, para felicitarme; entonces me convencí de que era cierto.”

Recuerdo haberlo visto muchas veces conduciendo él mismo un vehículo compacto por las calles de Morelia, o caminando desde su casa en Serapio Rendón, por la Avenida Madero, camino a la Catedral, sin séquitos ni ostentación. También, lo recuerdonpor los caminos del    Oriente de Michoacán, diciendo el nombre del cura de cada lugar y a qué se dedica la gente, en que fecha son las fiestas patronales, cómo las celebran, quiénes son los personajes de cada comunidad.

Presente tengo también, que alguna vez que una piadosa dama le propuso exhibir el manto de la Virgen para que la gente fuera a venerarlo, con finura le respondió que el ser cristiano más que adorar reliquias consiste en amar al prójimo. En otra ocasión le escuché que más importante que la liturgia son las obras. Tolerante con otros credos, lo he visto dialogar con representantes de otras religiones en busca de soluciones para la problemática de Michoacán.

Solidario con las víctimas de la violencia que ha asolado a nuestro Estado,  ha solicitado a las autoridades federales y estatales, hacer justicia y detener la criminalidad. En ocasión de la muerte de 18 michoacanos en Acapulco, en noviembre de 2010, expresó: “estos hermanos nuestros, hombres honestos, inocentes, han sido llevados injustamente al tormento”, lamentando que el odio siga propagándose destruyendo la fraternidad y enfatizándo: “Hoy más que nunca nuestra oración es, no solo por estos hermanos que son los que ahora más nos duelen, sino por tantos otros que día a día están muriendo en un México destrozado, en un México dividido por las ambiciones, por el crimen, por la inconciencia de hombres perversos y malvados”.

Defensor de quienes son víctimas de los abusos de poder, recientemente, todavía en los días del Comisionado Alfredo Castillo, alertó sobre quienes han sido llevados a la cárcel de manera ilegal, pidió revisar los procesos judiciales y las pruebas, pues “ha habido una redada mucho peor que aquél famoso Michoacanazo, son miles los que están en la cárcel y yo pienso que algunos quizá de manera un tanto injusta o precipitada han sido privados de su libertad”.

Está convencido de que la inequidad genera violencia, por lo que se tiene que trabajar para que, como José María Morelos proponía, se moderen la opulencia y la indigencia, en un Estado que posee muchas riquezas naturales, pero que, paradójicamente, es uno de los más pobres de la República.

Tiene la convicción de que la educación es una herramienta para una nueva sociedad, que debe mejorarse su calidad y que debe inculcar valores, sobre todo el respeto a la dignidad de las personas.

Admirador de la obra de Vasco de Quiroga, el primer obispo de Michoacán, que con el ejemplo y la humildad evangelizó a los purhépechas, llevando trabajo, paz y concordia a los pueblos de Michoacán;  desde el humanismo, con atención preferencial a los pobres y a los enfermos, oponiéndose a los abusos y valorandolos como personas con dignidad de quienes el ilustre abogado de Madrigal de las Altas Torres expresó: “requieren no solo doctrina sino también recursos prácticos para mejorar su vida”.

En Roma, Don Alberto Suarez Inda, expresó en entrevista con quien escribe estas líneas, que su nombramiento cardenalicio  significa que Morelia, Michoacán y México  estamos más cerca “del sucesor de Pedro, del Pastor de la Iglesia Universal a través de este humilde servidor”, unas horas antes de la unción cardenalicia por parte del Papa Francisco.

“Ya se me pasó el susto de la primera sorpresa del anuncio de este deseo del Papa de incorporarme al colegio cardenalicio que son colaboradores inmediatos, pero sin dejar de ser el pastor de la iglesia de Morelia, que sigue siendo para mí una gran responsabilidad y un gran peso del evangelio, pero hay muchos que me ayudan a llevar la carga”.

Suárez inda señala que los días en Roma han sido muy intensos porque no alcanza el tiempo, han sido sesiones de trabajo muy prolongadas, “escuchando intervenciones de 60 o 70 cardenales del mundo entero que han venido hablando de preocupaciones, de sugerencias, sobre todo de cómo hoy la iglesia tiene que actuar para ser más fiel a la misión de Cristo, estuve en el aula donde el Papa Francisco estuvo presidiendo, pero a la entrada él tuvo la gentileza de llegar antes y estuvo saludando uno por uno a todos los que íbamos entrando al aula del sínodo, incluyendo los cardenales que vamos a ser nombrados mañana, pero que ya fuimos invitados a este consistorio”.

Suárez Inda asumió con humildad la distinción del Papa Francisco al designarlo como parte del cuerpo de cardenales, y señala que a partir de la decisión papal “el nombre de Morelia, el nombre de Michoacán es más conocido en el mundo, pues en muchas entrevistas me han preguntado dónde está Morelia, cómo viven los michoacanos, cuál es la historia de la diócesis y pues hoy día Morelia tiene un lugar, digamos, más visible, más conocido en la catolicidad”.

El Cardenal y Arzobispo de Morelia llama a los michoacanos a sentirnos “orgullosos de nuestra historia, de nuestra tradición muy valiosa desde la obra de Vasco de Quiroga y los grandes misioneros y luego, pues, como centro importante de cultura, de voluntad de libertad, pues en Michoacán fue donde se gestó el movimiento de independencia, pero sobre todo, también, donde se vivió la fidelidad en tiempos difíciles de la persecución religiosa y donde ahora tenemos que luchar, pues en otro tipo de persecución, quizá más peligrosa, más sutil porque se da a través de la ideología o de una falsa cultura en donde se nos invita tristemente a buscar de manera egoísta el placer sin trabajar o el conseguir privilegios y tener mucho dinero pero pasando por encima de la dignidad de las personas, a veces a costa de la vida de las personas.

El arzobispo de Morelia y  Cardenal convoca a “que recuperemos la esperanza si somos pacientes, si somos perseverantes y sobre todo si somos capaces de transmitir y comunicar a los demás el respeto y el amor que nos debemos como hijos de Dios”.

Ataviado ya con la sotana roja de Cardenal, el domingo 15 al medio día, llama a los michoacanos a perder el miedo, expresa además: “el bien tiene que ser más contagioso que el mal, venzamos al mal con el bien.”