Echando puTrazos: pensiones
Herencia de los gobiernos de la Revolución.
Los Médicis, príncipes de Florencia hicieron mucho dinero pero dejaron una herencia preciosa de cultura y arte. ¿Dónde está la herencia de los gobiernos de la Revolución?
La Historia tiene épocas muy bellas, como el renacimiento italiano de vida exuberante, belleza, gozo, creación artística. Una herencia maravillosa es Florencia.
Muchos hombres participaron en el renacimiento de esa época hermosa. Además de las grandes obras y sus autores, hay que volver la vista a los gobernantes que impulsaron el florecimiento. Fueron hombres de grandes dotes, geniales, esforzados, amantes de las bellas artes.
Hay que admirar a los hombres que supieron apoyar y empujar a los artistas hasta tocar las estrella.
Horacio, el poeta latino, escribía de su Mecenas: “si tú me cuentas entre los poetas, tocaré con mi frente las estrellas” (quod si tu lyricis vatibus inseris, sublime feriam sidera vértice.
Pasear por Florencia es pasear por la era fantástica del Renacimiento, cuajada de obras de arte.
Es bella, armoniosa la ciudad hasta dejar cautivado, asombrado por la grandeza y armonía de sus templos, palacios, esculturas, pinturas….
También es grande por sus manifestaciones intelectuales, por sus pensadores: Maquiavelo, Savonarola, Collodi, hasta el autor de Pinocho.
Hay que reconocer el genio y el esfuerzo de los gobernantes que impulsaron, costearon, concibieron ese esplendor y con sus riquezas lo hicieron realidad.
Fueron los Médicis, príncipes de Toscana que, entre otras cosas, fueron grandes mercaderes. Amasaron grandes fortunas, vivieron con lujo pero invirtieron para hacer florecer el arte. Es un privilegio pasear entre sus monumentos contemplando las creaciones de sus artistas, una pléyade, estrellas de primera magnitud: Miguel Angel, Leonardo da Vinci, Ghirlandaio, el fino orfebre Benvenuto Cellini, entre otros.
Es un paseo por un bosque encantado, flanqueado por el David de Miguel Angel y una turba de estatuas de fino mármol blanco, visitar el palacio de la Señoría, la catedral, el domo, las galerías de pinturas.
Hay que despertar la admiración y el reconocimiento a Lorenzo el magnífico y los demás príncipes. Vivieron en la abundancia pero legaron una herencia artística maravillosa.
La comparación nos permite un parámetro para valorar la historia reciente de nuestra tierra michoacana y mexicana, con su enorme riqueza y con sus príncipes, ¡perdón! con sus servidores públicos de elección. La distancia histórica, nos da la perspectiva para valorar nuestros gobiernos con objetividad.
Han sido servidores públicos, elegidos como mandatarios, los que hacen los mandados del pueblo. Han manejado las riquezas fantásticas de estas tierras.
Viene el asombro porque, ¿dónde están sus obras ricas, admirables, sus construcciones, monumentos, creaciones artísticas, a qué grandes artistas formaron y apoyaron en su trabajo?
¿Qué herencia cultural y artística nos dejaron los gobiernos de la revolución?
¿Dónde está el dinero, la fortuna increíble de unas tierras mejor dotadas que las de Toscana? Las grandes obras que tenemos fueron, por lo general obra de la Iglesia, la Catedral, las iglesias, los palacios, el de gobierno fue el seminario de la diócesis, el acueducto.
El dinero no fue a promover a artistas y científicos, para levantar monumentos inmortales y crear obras geniales. La riqueza fue a parar a las cuentas personales y a los bancos extranjeros.
La historia que no se equivoca ni sabe de retóricas los juzga y los juzgará, hace aparecer su verdad con la claridad del lucero de la tarde.
¿Es eso democracia? En realidad las naciones han visto a México como una dictadura de partido, una oligarquía.
Hemos vivido en una ficción de democracia. Unos cuantos se han aprovechado de la riqueza nacional. Actualmente, ahí están botones de muestra, los sueldos del presidente, legisladores, magistrados. Otra muestra son las casas de cientos de millones de pesos, al lado de las casas desechables, de interés social.
Es triste y desolador el panorama y la crisis moral y política continúa. Seguimos con atrasos y retrocesos, hay millones de mexicanos que viven en pobreza extrema, otros son pobres pero tenemos a la clase dirigente mejor pagada del planeta.
Un pueblo de carácter dulce y cordial, con un clima suave y una tierra rica y pródiga, sin organización social, no ha crecido en su responsabilidad ciudadana y han enriquecido a muchas personas que abusan y se sirven con la cuchara grande. Las revoluciones no han transformado la pobreza y sufrimiento de las mayorías.
Los regalos que Dios derramó a manos llenas sobre México y sobre Michoacán son son para hacer felices a todos los ciudadanos, Dios destina la riqueza para todos, hasta los más humildes. La tarea de un Estado y una Nación que busca progreso y bienestar está por hacer. La fuente del ideal y la energía brota pura y fresca. Es posible realizar la utopía, vencer la crisis y alcanzar la vida plena. Es tiempo de esperanza invencible.
Lo mejor está por venir y está en nuestras manos, no sin sacrificios heroicos.