Para contar
El Papa Francisco, profeta
EL Papa viene como profeta, a anunciar la Buena Noticia de Cristo, también a señalar el pecado, la maldad, corrupción, crimen y a invitar a la conversión.
¿Qué hace el Papa, cuál es su tarea más importante? Es esencial conocer la misión del Papa. Su misión primera no es organizar la curia romana ni hacer turismo con susviajes.
El sucesor de Pedro, cabeza visible de la Iglesia no es una estrella de televisión que viene a divertirnos, a dar un espectáculo.
Su tarea primera y trascendente, es anunciar la verdad de Dios, es un profeta, un gran profeta.
Conocida esta verdad, sabemos lo que podemos esperar del Papa para entender la importancia de su visita y valorar la verdadera riqueza que nos trae.
Una pregunta hacía el divino Maestro. Traduzco libremente el pasaje del evangelio de Mateo: Jesús se puso a hablar de Juan. ¿Qué salieron a ver a las calles, un hombre del espectáculo? ¿Qué fueron a ver, un hombre que viaja y gasta mucho dinero?… ¿Entonces qué fueron a ver, un profeta? Si, les aseguro, un gran profeta”.
Vamos a salir a ver un profeta porque el Papa es primero que todo profeta, porque habla en nombre de Dios,
La profecía es anuncio y es denuncia. Anuncia la Buena Noticia: el Padre Dios nos ama tiernamente, quiere darnos los mejores regalos: la inmortalidad, la belleza que no envejece, la riqueza, la gloria, nos hace hijos y nos da la herencia.
El profeta denuncia también el pecado, la corrupción, los fraudes, crímenes y mentiras que impiden la vida digna de las multitudes pobres y su felicidad.
Por eso el Papa trae una misión esencial, viene a señalar, la maldad, el pecado, una realidad bien importante en la vida social y que explica la corrupción, nuestras crisis y el sufrimiento de las multitudes.
Tiene una luz poderosa que le dala sabiduría infalible de Dios, le permite entender los problemas a fondo y totalmente en su trascendencia y encontrar soluciones verdaderas.
Tiene una distancia crítica con relación a las realidades temporales, el consumo y los negocios. Tiene una mirada lúcida sobre el mundo actual, su progreso, sus modelos y programas.Tomo sus ideas expresadas en su encíclica LAUDATO SI, sobre el cuidado de la casa común.
Señala con claridad meridiana, con libertad de espíritu, sin miedo los errores de la economía y de la política. Entre nosotros, denunciará los males que nosotros sufrimos de injusticia y pobreza y que los hombres del poder no se atreven a decir y la multitud no grita porque no tiene voz.
“Para que surjan nuevos modelos de progreso –afirma el Papa-, se necesita cambiar el modelo de desarrollo global” (n. 194) que no toma en cuenta el desarrollo sostenible y las mejores condiciones de vida de los débiles.
Frente a los modelos de desarrollo, el Papa toma una distancia crítica y los cuestiona.
Esto “Implica –continúa el Papa- reflexionar responsablemente sobre la economía y su finalidad para corregir sus disfunciones y distorsiones” (Ibid.)
El Papa cuestiona la economía, cuyo pecado original consiste en que se basa en el “principio de maximización de la ganancia que tiende a aislarse de toda otra consideración….” (Ibid.)Lo que importa es producir mucho para hacer dinero dejando la economía a las libres leyes del mercado.
En otro número crítica también la política que va de la mano con la economía. “mientras unos se desesperan sólo por el rédito económico y otros se obsesionan sólo por conservar o aumentar el poder, lo que tenemos son guerras o acuerdos espurios donde lo que menos interesa a las dos partes es preservar el ambiente y cuidar a los más débiles (n. 198). Esta realidad la conocemos bien.
El Papa también tiene propuestas que, sin duda escucharemos en su paso entre nosotros. Su ejemplo es elocuente: está cerca de los pobres por eso asume su defensa. Renuncia a las prerrogativas de los privilegiados y adopta la sencillez. La gente de Buenos Aires estaba encantada de verlo modestamente vestido tomar el metro, los camiones.
Su desprendimiento lo llevará a renunciar al poder cuando sea para bien de la Iglesia siguiendo el sublime ejemplo de Benedicto que renunció al poder. Ah! si otros poderosos, individuos o partidos entendieran ese ejemplo.
Los políticos y empresarios han mostrado su interés de ver al Papa y de estar en primera fila. Ojalá que su presencia sea, no para la foto, sino para escucharlo y dejarse cuestionar y cambiar atendiendo al llamado a la conversión.
Las multitudes de pobres y marginados también debemos estar dispuestos a escuchar nuestra parte, a ver señalada nuestra prócer apatía, desinterés, cobardía, falta de compromiso para construir una civilización de justicia y de amor, bajo el imperio de la ley, en vista de un mejor Estado de vida digna de los pobres, de progreso y seguridad.