Echando puTrazos: pensiones
UNA BACTERIA SOCIAL ENQUISTADA, MUTANTE
Para hoy tenemos buenas noticias. Hay muchos hermanos que se esfuerzan en hacer su trabajo con responsabilidad y calidad. Sueñan en construir un mundo mejor pero no ambicionan los reflectores ni los puestos de poder. Estos pasan inadvertidos por los noticieros que buscan el lado espectacular y escandaloso de los sucesos.
A veces las noticias no valen la pena como las peripecias sin gloria de la selección de futbol.
Otra buena noticia son las lluvias que cambian el ambiente y llenan de frescura y esperanza. Ya Cuitzeo renace como un espejismo.
Pero hay malas noticias, debemos ser realistas, que causan grave preocupación y honda decepción. Hay una que comento partiendo de una comparación.
Los sabios de la medicina alternativa han descubierto que las bacterias de las infecciones no se eliminan sino que permanecen en estado latente y pueden reaparecer con el tiempo causando las enfermedades.
El símil vale para el cuerpo social donde hay agentes de corrupción, de vicios superados en las promesas de campaña que reaparecen, a pesar de la etiqueta de “nuevo” que se dan algunos institutos.
Las lacras burocráticas y sociales reaparecen con mayor virulencia, con encono conocido y aumentado, se hacen más resistentes como la gripe aviar y otros microbios.
Hay leyes de salud social, inscritas por el creador en las fibras más íntimas del ser humano integral, en su dimensión espiritual y corporal que permiten detectar agentes infecciosos.
Es necesario examinar el cuerpo social, en sus estructuras vitales para diagnosticar su estado de enfermedad, para aplicar antibióticos, realizar operaciones, guardar dietas, evitar ingerir venenos.
En el cuerpo social de México, hay infecciones debidas a virus muy arraigados que se manifiestan en los mismos vicios ancestrales de arbitrariedad, autoritarismo, falta de moral, de medidas que se toman sin honestidad y sin escrúpulos. Se trata de una epidemia, egoísmo de estado, adicción al poder, injusticia, inmoralidad que se manifiesta en conducta de individuos que actúan por conveniencia, oportunismo, pragmatismo. Desaparecieron los grandes valores y el ideal de llevar al cuerpo social a la vida plena que le prometen.
No tienen ley porque la hacen servir a sus intereses personales o grupales, le hacen manita de puerco.
Se atenta contra el progreso, la superación de las crisis, una vida digna para todos.
La reflexión es motivada por la situación que viven muchos funcionarios entre nosotros. Una gran limpia hace el gobierno en el poder para sacar a los funcionarios de la administración pasada,
Se violan los derechos laborales. Como son pobres, nadie se ocupa de ellos.
Se busca a sí mismo el partido, favoreciendo a unos cuantos incondicionales
Con absoluto desprecio dan la espalda al Bien Común, el progreso y el bienestar de la Nación les vale un cacahuate,
Engorda una democracia corrupta de servidores públicos que están ahí por compadrazgo o por su actitud servil, no porque sean los más competentes y honestos.
Y los vicios de burocracia y malos servicios a los ciudadanos se perpetúan para desaliento y mohína de la gente. Y México sigue estancado, rezagado, atascado en el último mundo, alejado cada vez más de ocupar “el lugar que se merece” como gritan algunos con grandilocuencia.
Sin ningún miramiento les quitan el empleo a los trabajadores. Como en Francia, en tiempo de la Segunda Guerra Mundial, en el tiempo de los nazis, los acusan de colaboradores de la administración pasada, el enemigo. Sorprende lo burdo de esos atentados y el vacío de sentido humanitario, ni qué hablar de la solidaridad y la caridad fraterna. Los (ejecutan) despiden sin derecho a defensa. Con el silencio sospechoso de Derechos Humanos que está en otra cosa, ocupado de criminales, perturbadores del orden público.
En la democracia, el régimen que hemos elegido, el pueblo es el soberano pero debe crecer, dejar de ser niño para ejercer su papel, para detectar los gérmenes patógenos. Tiene el rayo más potente que el scanner, más eficaz que el ultrasonidos, su conciencia, su inteligencia.
Debe aprender a liberarse de los enemigos internos, que avanzan en lo oculto como los microbios: hay que conocer el virus y matarlo con el antibiótico. Hay que evitar ingerir alimentos infectados en los platillos de las elecciones.
En el cuerpo social el problema es más misterioso y complejo que en el cuerpo físico, porque entra en juego la libertad y la razón humanas que están más allá de las leyes biológicas y son indomables.