El subsidio para el empleo
Históricamente hemos cometido un error, confundir el Desarrollo Rural con el Desarrollo Social, son dos cosas diferentes…
El desarrollo social tiene un enfoque que privilegia lo urbano y tiene como objetivo central combatir la pobreza, lo que es un hecho ¡No se ha logrado!, de ahí que al enriquecer el desarrollo social sumándole el desarrollo humano se dio un paso hacia adelante, pero no se ha resuelto el problema; el desarrollo rural es otra cosa a partir, no solo de la necesidad republicana lógica y práctica de incorporar a todas las regiones de México al progreso, sino, en adición, para cimentar la autosuficiencia alimentaria, asunto central de soberanía y seguridad nacional, en grupos territoriales poblacionales que al desarrollarse en lo económico, en lo cultural, en lo tecnológico y en lo organizacional, sean el cimiento de la República hoy en franco deterioro. En otras palabras, la base republicana de México ¡Y de Guanajuato y Michoacán!, por su historia y por su revolución, está en el campo, no en las ciudades… No es cuestión de rentabilidad, no es cuestión de beneficios materiales y económicos, es cuestión de sobrevivir y desarrollarnos sanamente a partir del cimiento natural social de la República mexicana ¡La sociedad rural!
Visto así, el desarrollo rural debe contemplar aspectos de educación, formación humana (que no es lo mismo), organización y formación social, infraestructura productiva, organización para la producción, cuidado del medio ambiente y recursos naturales, privilegiando el agua y proyectos de producción alimentaria para autoconsumo y para surtir (nutrir) a México; y es aquí en donde, de la misma manera que copiando modelos extranjeros privilegiamos equivocadamente la industrialización, yendo contra nuestras raíces y nuestra historia, y en adición orientamos la producción alimentaria hacia el mercado (exportar cuando hay mexicanos con hambre, es un despropósito), privilegiando la ganancia empresarial, personal o de grupo, por encima de la nutrición del pueblo de México, hoy debemos voltear la mirada al campo y retomar el rumbo correcto.
En resumen, el Desarrollo Rural debe tener un enfoque nacionalista que sustentado en el humanismo privilegie a las personas sobre las cosas, al Ser humano sobre la ganancia y a México, su pueblo y soberanía, sobre el ingreso por exportaciones, la inversión (invasión) extranjera y la “rentabilidad”; recordemos que el dinero no se come.
¿Cómo iniciar políticas públicas de Desarrollo Rural?, reconociendo mi ignorancia, por sentido común iniciaría por definir los objetivos, dentro de los que sugiero incluir: 1. Que las personas sean felices. 2. El arraigo sustentado en la posibilidad de acceder a una vida digna con el fruto del trabajo en el campo. 3. Reforzamiento de valores familiares y comunales. 4. La urgente necesidad de cambiar el modelo socio económico neoliberal por uno humanista. 5. El desarrollo económico revalorando la producción agropecuaria con tecnificación y organización; y 6. El derecho inalienable y humano de cada persona para acceder a una vida digna con el fruto de su trabajo; como vida digna material defino: acceso a: A. Alimento de calidad. B. Servicios de salud. C. Techo –casa. D. Vestido. E. Educación de calidad; incluida la producción de sus propios alimentos. E. Un autoempleo y/o trabajo digno. En adición, en la parte no material incluiría: 1. La formación en valores familiares y comunitarios. 2. Educación cultural y deportiva. 3. Seguridad (certezas, poder vivir en paz) y 4. Educación formal enfatizando su entorno y medio ambiente. 5. Protección de medio ambiente y cuidado de recursos naturales (sustentabilidad). 6. Tiempo de ocio y diversión.
¿Por qué el primer objetivo es ser feliz?, simple, porque es la primera y natural aspiración de toda persona; ahora bien, para ser felices, necesitamos re aprender cómo serlo, ya que el modelo socio económico actual asocia, equivocadamente, el tener cosas o el consumir con el ser feliz ¡Y es falso! Intentar enseñar esto a una sociedad urbana orientada al consumo e idiotizada por la TV ¡Es prácticamente imposible!; hacerlo en la sociedad rural, en los pueblos y comunidades ¡Es factible! (no dije fácil) Y quizás sea este el factor de diferenciación más importante en el Desarrollo Rural: abre la oportunidad de iniciar con un nuevo modelo de relacionarnos para vivir mejor en donde la colaboración sustituya a la competitividad y el ser feliz se anteponga al poseer; un modelo donde el servir, como forma de vida, nos permita alcanzar nuestra propia plenitud de persona; modelo que con el tiempo podríamos replicar en las ciudades.
¿Por dónde empezar?, yo iniciaría por un diagnóstico por regiones que dé la pauta respecto a cuestiones poblacionales, culturales e históricas al tiempo que identifican recursos económicos y naturales y vocación de la tierra en función de clima, nutrientes y agua, es decir, para que sirve o es útil mi tierra, mi bosque, mi lago. Con ello en mano, haría un plan regional de desarrollo rural y construcción de infraestructura orientado a transitar a pueblos y comunidades y a todas las personas, del sector asistencial al sector productivo, para que al no ser dependientes, puedan vivir con la dignidad de ciudadanos libres que nutren a la república y pueden aspirar a ser felices… ¡Así de sencillo!
Un saludo, una reflexión.
Santiago Heyser Beltrán
Escritor y soñador