El subsidio para el empleo
Uruapan, Michoacán, 12 de octubre del 2013
Te pido que veas el tema de la Reforma Energética con un horizonte de 25 o 30 años, fue una de las peticiones que hice al Diputado Oliveros.
Mi primer contacto fue por Twitter, si bien conozco a su familia, no habíamos tenido más contacto que el que da leer sobre su gestión en la cámara de diputados como Presidente de la Comisión de Juventud y el énfasis que pone José Luis en apoyar la legislación para dar vida a la ley que de certeza jurídica al Instituto Mexicano de la Juventud y así respaldar la participación de los 37 millones de jóvenes que tiene México, de los cuales más de 21 están en la pobreza.
El petróleo, en mi opinión, todavía es factor del México que tendremos en el futuro, por ello le pedí una audiencia, para discutir lo que me parece será la madre de las reformas: la energética. La que marcará el destino de la república que heredarán, así como el modelo socioeconómico en el que crecerán, los que hoy son los jóvenes de México.
Contrario a la costumbre de algunos políticos de ponerle mucha crema a sus tacos, el “Chelis” agendó de inmediato la reunión para comentar sobre la Reforma Energética, donde gentilmente escuchó mi preocupación ciudadana por las decisiones que tome el Congreso, recordándole que un diputado está al servicio del pueblo, no del gobierno, no del partido, no de la bancada en la que milita.
El petróleo y los energéticos en general, no son una mercancía cualquiera, le dije, sino que, por su influencia en la economía y en la defensa nacional, son productos estratégicos que deben tener garantizada su disponibilidad para México y su control en función del interés nacional. En otras palabras, los energéticos (como comunicaciones –ferrocarriles incluidos- y alimentos) no deben depender de intereses económicos ajenos al interés nacional y menos estar en manos extranjeras. Adicionalmente, esperaría del Congreso una patriótica reflexión respecto a los argumentos a favor de la apertura del sector energético al capital privado, entre ellas algunas insostenibles, como la de la caída de las ventas ante el agotamiento de los mantos en aguas no profundas; ya que el reducir ventas, en el caso del petróleo, significa que heredaremos mayores recursos a generaciones futuras. En otras palabras, el petróleo ahí está, si no lo sacamos será un ahorro para el futuro, con una reflexión adicional, al ser un bien perecedero, cada día habrá menos, por lo que cada día valdrá más.
De ahí la plática derivó hacia el tema del federalismo y de lo que en mi opinión era una incongruencia del PAN al proponer que un IFE nacional supervise todas las elecciones. Me explicó cómo se las juegan hoy en los estados al tener institutos electorales al servicio de gobernadores, lo que en el caso de los jóvenes llega a niveles de exclusión y cooptación; realidad que condujo a reflexionar sobre la necesidad, para seguir construyendo un sistema democrático, de “amarrar” las manos a gobernadores que hoy se sienten caciques, para dar certeza electoral a todos.
Finalmente hablamos del campo y de la necesidad de poner énfasis en la autosuficiencia alimentaria. Un país que no produce sus alimentos, por definición es un país dependiente y débil en asuntos políticos y económicos. José Luis señaló como el campo se ha envejecido y el por qué los jóvenes prefieren migrar a ser agricultores. Hablamos de opciones, nuevos caminos, la necesidad de innovar reconociendo la urgencia, no solo de evitar migración y desintegración social y familiar, sino la de dar sentido al campo mexicano como punto de apoyo a la reconstrucción nacional a partir de tener una sociedad rural en la que, con el fruto de un trabajo honrado, se puedan producir los alimentos que requiere una nación libre y soberana para seguirlo siendo. También hablamos de la necesidad de acabar con falsos paradigmas, como el de que todo empresario es buen administrador y el Estado mal administrador, le recordé el caso de Mexicana de Aviación, y la urgente necesidad de construir nuevas instituciones para que el Estado cumpla con lo mandatado en el art. 25 constitucional, cito: ARTICULO 25. Corresponde al estado la rectoría del desarrollo nacional para garantizar que este sea integral y sustentable, que fortalezca la soberanía de la nación y su régimen democrático y que, mediante la competitividad, el fomento del crecimiento económico y el empleo y una más justa distribución del ingreso y la riqueza, permita el pleno ejercicio de la libertad y la dignidad de los individuos, grupos y clases sociales, cuya seguridad protege esta Constitución…
¿Qué sigue?, esperar que el diputado, al que agradezco haber escuchado a un ciudadano, lleve los mensajes al Congreso y que cada uno de ellos, en función de su conciencia, del interés nacional, del mandato del pueblo y de su ética personal, vote… ¡Así de sencillo!
Santiago Heyser Beltrán
Escritor y soñador