Café para Todos

El próximo jueves en Brasil arranca otra vez un Mundial de fútbol, y de nuevo -quiérase o no-, las ilusiones y esperanzas de la mayoría de los mexicanos estarán puestas en un balón, como si del hecho de que México pudiera avanzar en el torneo dependiera nuestro futuro como país.

Seguramente, ante el irregular nivel de la selección, otra vez vendrán la frustración y el fracaso. Quizá la idea de que podemos ganarle a Brasil se nos ha vuelto obsesión, y tampoco podemos creer que los camerunenses, sean mejores que nosotros, por más que sean más corpulentos, más altos y algunos de ellos jueguen bastante mejor.

Igualmente no creemos que los croatas puedan vencernos, a pesar de que es una selección muy fuerte y sus atletas destacan en muchos deportes, e insistimos en colocarnos entre los grandes. Siempre queremos que nos comparen con Brasil, Argentina, Italia o España.

En el fútbol no nos gusta que nos llamen “potencia emergente” como sucede en materia económica.

Ya el senador del PRI David Penchyna, presidente la Comisión de Energía, hizo un entripado porque el ex presidente de Brasil Luiz Inacio Lula da Silva se atrevió a decir que la idea de México como una gran promesa económica es una mentira y que está peor que su país en indicadores sociales.

Penchyna reviró a Lula y dijo que las cosas son exactamente al revés. Un proverbio brasileño muy común, que se aplica muy bien a México, señala que es “el país del futuro y siempre lo será”.

Lula dijo que lo que se hace en materia energética sucedió en su país hace 20 años.

Penchyna lamentó las expresiones del brasileño y dijo que la política “no es un partido de fútbol ni una competencia entre naciones”.

El legislador tricolor defendió al gobierno del presidente Enrique Peña Nieto pues a su entender “se ha atrevido a impulsar las reformas estructurales que necesita el país para impulsar el crecimiento”.

En 2012, durante los Juegos Olímpicos de Londres, México humilló a Brasil en la final y ganó la medalla de oro en fútbol.

Dos jugadores que participaron en ese histórico partido -el portero Jesús Corona del Cruz Azul y el delantero del América, Oribe Peralta-, intervinieron en ese cotejo y ahora también jugarán en el Mundial brasileño. Ese logro alienta a los mexicanos a soñar con traernos la Copa del Mundo a nuestro país.

El presidente Enrique Peña Nieto despidió a los jugadores de la selección de fútbol y les pidió que dejen atrás su accidentada clasificación al Mundial de Brasil para convertirse en “titanes” y traer al país el trofeo.

“Llegar a Brasil no fue un camino fácil pero, ahora que están ahí, es momento de escribir una nueva historia de lucha, de pasión y de triunfo”, dijo Peña Nieto en el acto celebrado en el Palacio Nacional, e hizo un llamado a los 23 seleccionados a jugar en equipo porque “ningún jugador es tan bueno como todos juntos”.

“Salgan a ganar, a poner en alto el nombre de México”, expresó el Presidente y les pidió que “se conviertan en titanes en la cancha para conquistar la victoria” y que, como mínimo, superen los octavos de final.

“Todos pensamos en traer la Copa para México”, afirmó por su parte el técnico nacional Miguel Herrera. Pero los números no nos dan para mucho. México no ha superado la ronda de los octavos en los 5 últimos Mundiales.

Habrá que recordar que calificamos de puro milagro, porque cuando nos había virtualmente eliminado Panamá, nos salvó Estados Unidos. Luego se venció a Nueva Zelanda en repechaje, pero con muchos trabajos.

Ahora, llegamos al Mundial con un palmarés muy dudoso, pues perdimos los últimos dos partidos amistosos de preparación, ante Bosnia y Portugal.

Pero aun así, el capital Rafael Márquez -ex jugador del Barcelona y actual defensor de los Esmeraldas del León, campeones del último torneo-, confirmó que los jugadores trabajarán “con disciplina y mucha humildad” para darle esa inmensa alegría a los 118 millones de mexicanos.

Ahora, a falta de un mejor asidero, habrá que cruzar los dedos cada vez que los jugadores del equipo contrario estén cerca de la portería mexicana, que seguramente será defendida por Guillermo Ochoa, aunque el técnico nacional Miguel Herrera expresó que “los tres porteros  -Jesús Corona, Guillermo Ochoa y Alfredo Talavera-, me dan seguridad”.

En México sin embargo todo el mundo está nervioso y, dependiendo del equipo de su predilección, tiene a su portero favorito. Los cruzazulinos quieren a Corona, los americanistas a Ochoa, porque militó en su equipo y los que prefieren a Talavera es porque le van al Toluca o no saben de fútbol, aseguran sus malquerientes.

En una encuesta difundida el fin de semana pasado, se revelaron datos muy interesantes que muestran hasta qué punto esa gran válvula de escape que es la Copa del Mundo, será el bálsamo que nos alejará algunos días de los problemas que nos acosan cotidianamente, y en ese lapso no importarán las adecuaciones a las leyes secundarias de la reforma energética o si la economía está por los suelos y estamos prácticamente sufriendo una recesión.

Lo que hoy interesa es el Mundial y que a México le vaya bien. Según el sondeo, el 62 por ciento de las empresas mexicanas permitirán a sus empleados ver en sus oficinas los partidos del seleccionado local en el Mundial 2014, aunque la mitad de las que no lo permitirán lo harán a escondidas por Internet.

De acuerdo con el estudio, realizado por el portal Trabajando.com, sólo el 38 por ciento de las compañías impedirán a sus trabajadores ver los partidos del seleccionado azteca.

El 56 por ciento de los empleados cuyo empleador no le permita ver la televisión a la hora de los partidos del equipo nacional, los verá en forma clandestina y el 27 por ciento pedirá permiso para salir temprano. Otro 9 por ciento tomará vacaciones y el 8 restante inventará alguna excusa para no ir a trabajar, según los resultados del sondeo.

La borrachera del Mundial quizá dure poco, aun si México llegase a los cuartos de final o las semifinales. Después de ello vendrá la inevitable resaca. Se descorrerá el velo y entonces descubriremos que las cosas están peor que como estaban antes de rodar el balón en Brasil. Mientras tanto, que cada quien tome su vuvusela, la matraca o el silbato y elija su bar favorito para echarle porras al “Tri”, el “equipo de todos”.

Hoy -si realmente somos honestos-, no nos queda más que la esperanza de una alegría fugaz, porque si ganar un mundial de futbol significase ingresar al top ten de las naciones desarrolladas, con sus 5 copas mundiales Brasil estaría en la cima y sin las espantosas favelas que gritan a los cuatro vientos el nivel de pobreza extrema y subdesarrollo que comparten con la mayoría de las naciones latinoamericanas.

GRANOS DE CAFÉ

La conmemoración de los movimientos estudiantiles del 68 y el 71, no pueden ser excusa para que grupos autollamados “anarquistas”, que son  turba de delincuentes o irresponsables “ninis”, se apoderen impunemente de la ciudad y destrocen bienes públicos y privados, con la certeza de que ninguna autoridad vulnerará sus “derechos humanos”  o proceda a su detención.

Lejos de ser expresiones sociales de duelo, estas marchas -2 de octubre y 10 de junio-, son el pretexto para vandalizar a la Ciudad de México, ya que hace años sus organizadores, sobrevivientes de esa lucha reivindicadora de la autonomía y libre cátedra, perdieron el control de estas movilizaciones  de repudio a ese Estado represor.

Hoy todo es a la inversa. Las agresiones ya no provienen del Estado, sino de esos “anarquistas”, quienes amparados en el derecho de manifestación y libertad de expresión, reprimen al ciudadano común, a los comerciantes y a las instituciones, sin el menor escrúpulo, amparados en la masa que les garantiza el anonimato.

Para colmo, las autoridades capitalinas no solamente son tolerantes, sino complacientes, al no ejercer su obligación de proteger el patrimonio público y privado, por miedo a ser exhibidas como “represoras”, cuando realmente el bienestar común  debiera ser su máxima preocupación.

La población ya está harta de tales aberraciones y de la excesiva “prudencia política” que sacrifica a un millar de policías al enviarlos desarmados para enfrentar una turba violenta provista de piedras, varillas, palos, cohetones y toda una gama de armamento urbano, que puede ser incluso mortal.

La autoridad debe garantizar la paz y la seguridad de la población productiva, de quienes sí trabajan o estudian, en vez de preocuparse por pastorear y proteger a los anarquistas, que, se ha comprobado hasta la saciedad, sólo son delincuentes embozados, sin ideales ni verdaderos propósitos sociales…

…Proyectos sociales de alto impacto para 15 municipios que se caracterizan por su alta marginación, habrá de ser aplicados por brigadas multidisciplinarias conformadas por 180 alumnos de la Universidad Autónoma de Chiapas, las cuales fueron abanderadas por el rector Sergio Valls Esponda, cuyo compromiso social ha sido acreditado en incontables ocasiones.

Al reunirse con los jóvenes que forman parte de este programa de vinculación, en la Biblioteca Central “Carlos Maciel Espinosa”, el rector afirmó que el servicio social debe corresponder a una Universidad socialmente responsable.

Esta visión de corresponsabilidad social de quienes de quienes han sido privilegiados con el acceso a la educación superior, es la que debe privar en todas las instituciones educativas del país, pues no se trata de cubrir un mero requisito académico-administrativo, sino de compartir con estas comunidades socialmente menos favorecidas  proyectos sustentables que verdaderamente beneficien a sus habitantes y den continuidad a 120 programas  iniciados en años anteriores en materia de salud, producción de alimentos, educación y medio ambiente.

Naturalmente el trabajo multidisciplinario que inspira estas brigadas , adquiere la mayor relevancia porque se trata de comunidades que han sido identificadas por su atraso y que ya forman parte de la Cruzada Nacional Contra el Hambre, como lo son las comunidades de Ocotepec, Zinacantán, Santiago El Pinar, Aldama, Mitontic, Chalchihuitán, San Lucas, Las Margaritas, Maravilla Tenejapa, Chilón, Sitalá, Chanal, Simojovel, Yajalón y Emiliano Zapata… Sus comentarios envíelos vía internet a la dirección [email protected]