Nudos de la vida común
Los senadores del PRI, Partido Verde y PRD han consumado uno de los errores que más caro nos van a costar a todos los mexicanos: han aprobado una Ley de ingresos recesiva, endeudadora, derrochadora, opaca e injusta.
Esta Ley significa, por una parte, un contrasentido a la situación económica que actualmente vive nuestro país en el sentido de que en vez de que incentive el consumo interno, más bien lo restringe pegándole a los sectores de la población que realizan con mayor intensidad esta tarea. Por otro lado, representará un alza brutal de impuestos para la población que siempre los ha pagado en el país. Es decir, esta nueva Ley no cobrará impuestos a quienes nunca los han pagado, sino que cobrará más impuestos a quienes siempre los han pagado.
Asimismo, contempla un endeudamiento de las finanzas públicas como no se había visto en los últimos doce años. La nueva ley permite un endeudamiento de más de 700 mil millones de pesos, cifra que supera en absoluto al endeudamiento que los mexicanos seguimos pagando por el FOBAPROA. Finalmente, no cuenta con ningún antecedente de que el gobierno deseé acortarse el cinturón en el gasto que no busca ningún impacto en la productividad económica y en el bienestar de la población.
A pesar de que el propio Peña Nieto se comprometió el pasado 1 de abril de 2012 en Ciudad Juárez a no incrementar el IVA en la zona fronteriza, lo avalado por el PRI, Verde, PRD y el propio Gobierno Federal fue opuesto. Decidieron aumentar el IVA al 16 por ciento en la zona fronteriza, lo que impactará directamente en una severa reducción del consumo en territorio nacional y aumento del mismo hacia territorio extranjero. Esto quiere decir que para las personas que viven en dicha zona, será más barato consumir, por ejemplo, en los Estados Unidos que hacerlo en México, impactando negativamente en el consumo, producción y empleo de nuestro país.
Con respecto a la Ley del Impuesto sobre la renta, se decidió aplicar una tasa del 30 por ciento a las personas que tengan ingresos anuales por hasta 750 mil pesos. Aquellos que ganen más de 750 mil pero menos de 1 millón pagarán una tasa del 32 por ciento; mientras que para los que obtengan entre 1 y 3 millones de pesos la tasa será de 34 por ciento y; finalmente, para aquellos que gocen de más de 3 millones de pesos se aplicará un gravamen de 35 por ciento. Esto, que pareciera, razonable, no lo es particularmente por el momento de desaceleración económica que padece el país.
Cabe recordar que una de las mejores decisiones que se tomaron el sexenio pasado ante la crisis económica mundial, fue la reducción de la tasa del Impuesto sobre la renta a fin de reactivar el consumo interno, cuestión que fue un éxito.
Así las cosas, parece que este gobierno está más interesado en tener las bolsas llenas de dinero para gastarlo a su antojo que en promover bienestar social, estabilidad económica sustentable y justicia sin distingo. Finalmente, hay que decirlo, en la historia del país ningún partido de izquierda había votado por el incremento de impuestos, en esta ocasión el PRD rompe con la historia y, a partir de una oscura negociación que realizó con el PRI y con el Gobierno Federal, ahora se suma a una decisión que, como dijimos al principio, nos costarán caro a todos los mexicanos.