Indicador político
LOS POLITICOS Y SUS AMIGOS. Una de muchas anécdotas del general Lázaro Cárdenas, cuando fue gobernador del estado, es que tenía un entrañable amigo al que un mal día le dijo. “Te voy a designar en un cargo para que te ayudes”. Más pronto que rápido lo hicieron Administrador de Rentas en algún punto del estado. Ya en el cargo, el nuevo funcionario, el amigazo del gobernador, mandaba a sus bolsillos los ingresos que pagaban los contribuyentes. Un subalterno se vio en la necesidad de aclararle al funcionario que los recursos debían depositarse a la tesorería del estado. “Calmado, lo que tú no sabes es que mi amigo el general me dijo claramente que esta chamba era para que me ayudara y eso justamente estoy haciendo porque el sueldo oficial no me saca de apuros”, dicen que dijo el amigo del General. El caso llegó a oídos del gobernador y de inmediato ordenó que despidieran a quien había sido su amigo. El General y gobernador perdió a un amigo, pero amigos le sobraban, el amigo del general perdió a un amigo, perdió la chamba y su imagen quedó etiquetada de traidor, mal agradecido y de corrupto. Sea vacilada, chascarrillo o realidad, eso que dicen ocurrió por allá en 1930, en opinión de muchos las cosas siguen igual. Que estando en el poder, los políticos siguen tomando la amistad como base para cubrir los cargos públicos. No tenemos que ir tan lejos para confirmar que esto se sigue imponiendo en la administración pública, sea del nivel que sea el gobierno. ¿Esto pasa en nuestro municipio? Sobra quienes juran que sí y comentan que a la vista el caso de varios funcionarios de primer nivel. Dos ejemplos concretos a manera ilustrativa: La Secretaría Municipal, una persona simpática pero con profesión muy ajena a las cuestiones legales, administrativas y hasta políticas que reclama el cargo. El Contralor Municipal, una persona con un perfil muy alejado de la responsabilidad que implica el puesto. Sí en el primer caso la titilar logró aprender y superar la deficiencia, una opinión generalizada dice todo lo contrario en el segundo ejemplo. ¿En el gobierno del estado pasa lo mismo? Por ser más obeso en su burocracia, hay más ejemplos para dar y repetir. ¿Un abogado ex candidato a la alcaldía al frente de un Registro Civil? No pocos se preguntan qué habrá más allá de un sueldo del que muchos otros funcionarios se quejan. COCOTRA. Un ex candidato a diputado local también perdedor pero sin experiencia alguna en el ramo del transporte y hoy bajos fuertes sospechas de su desempeño. CEDELAC. Comentan que este caso en especial vive los extremos. Si titular es profesionista, hija de un hombre que fue alcalde y siempre respetable, ella misma tiene amplia carrera en cargos públicos, pero eso contrasta con su particular forma de hacerse ver como funcionaria. Se mueve en un círculo personal que solo es aplicable en negocios propios donde el patrón puede disponer a su antojo de lo que es suyo y lo puede compartir con el que mejor le plazca. Pero en cargos públicos necesariamente los criterios prioritarios son los que dispone el sentido político y eso está distante en Cedelac. CANDIDATURAS. Y en las candidaturas a los cargos de alcaldes, diputados y regidores es también el reflejo del poder de los amigos asociados en grupos políticos. ¿Ejemplos? El más inmediato es el del propio alcalde que está al frente del poder hoy mismo. Del otro lado está el caso del ahora diputado federal del PRI. Simularon una competencia, el aspirante se queda libre y la hoy titular de Cedelac amarró con tiempo el actual cargo y la democracia partidista se convirtió en atole repartida con el dedo.. Tenemos entonces que las candidaturas pocas veces se ganan compitiendo porque son asignaciones como cuotas y cotos de poder a los grupos y estos los negocian con los más íntimos que simulan ganar a sus adversarios de partido. El caso más claro es el del propio presidente porteño. Y la misma dinámica se aplica en las regidurías. Los grupos en los partidos hacen malabares para imponer a sus incondicionales y los mantienen como parte de su establo. El caso de la señora María Ríos y Sonia Ramírez dejan al desnudo esa verdad. Y en las regidurías plurinominales está peor: el único edil panista y la señora Alicia Santos e Ismael Plancarte, estos del PRI, lo confirman. El problema no es como llegan ni a cual grupo se deben. El problema son los resultados en sus funciones. El panista y los ejemplos del tricolor hacen oídos sordos a las duras criticas porque las muestras que han dado es de total entreguismo a quien tiene el poder y lo más peor, se olvidaron de quienes los empujaron al deshonrado puesto y en esta balanza entran los de arriba y los de abajo que traicionaron a quienes por amistad, y por variados y turbios intereses, les prestaron franquicias políticas para llegar a donde están. La lección que esto arroja es que la sociedad seguirá pagando un muy alto costo por estar atrapada entre ineficientes funcionarios y los intereses de quienes controlan el poder de decidir aunque luego se equivocan y reniegan de sus propias imposiciones…HASTA LA VISTA