Aristegui: una trayectoria que incomoda

Carmen Aristegui se inició en la televisión en 1987 como asistente del programa Monitor Financiero que conducía en Imevisión Efrén Flores. “Me contrataron de asistente y de corre ve y dile. Un día, el programa estaba a punto de salir al aire y ni Efrén ni los otros conductores que aparecían habían llegado a la estación. Fernando Valdés, que era el productor, buscó solucionar el problema con el primero que pasara y ésa fui yo. Me dijo: necesito que conduzcas el programa. Y a los cinco minutos, por primera vez en mi vida, estaba al aire dando información financiera. Y ahí me seguí”, contó a José Antonio Fernández para el libro Colección de historias personales, editado por Creatividad e Imagen.

En Canal 13 tuvo bajo su responsabilidad el noticiario matutino acompañada por Javier Solórzano, hasta el momento en que Imevisión fue vendida a Ricardo Salinas Pliego. Aristegui se incorporó, posteriormente, al noticiero Para Empezar, encabezado por Pedro Ferriz de Con, y tuvo a su cargo la emisión vespertina del informativo. En 1998 acompañó a Ferriz en su migración de MVS a Grupo Imagen, pero en 2002, en el programa Círculo Rojo del Canal de las Estrellas que Carmen conducía con Javier Solórzano, ventiló el tema de los abusos de pederastia cometidos por el líder de Los Legionarios de Cristo, Marcial Maciel. Eso tuvo repercusiones en la radio: “fue motivo de disputa y ruptura con Grupo Imagen. El socio capitalista Alfonso Romo se volvió loco, enardeció y maquinó las cosas para echarnos de Imagen. Terminó en ruptura porque no estábamos dispuestos a aceptar que Romo impusiera una línea editorial dirigida por Pedro Ferriz. No estuvimos de acuerdo en que nuestra posición editorial cruzara por la dirección de Ferriz ni de nadie, porque nuestro convenio indicaba que éramos directores de nuestro espacio”, dijo Aristegui a la revista Gatopardo.

Regresó a MVS, conduciendo el noticiero nocturno de Canal 52MX, en el que transmitió el video del dueño de la franquicia llamada Partido Verde, Jorge Emilio González Martínez, quien preguntaba a su interlocutor que le proponía destrabar un trámite en Cancún: “Y… ¿de cuánto estamos hablando?” Volvió a la radio con el noticiario Hoy por Hoy en XEW, donde también incomodó al poder. Ahí salió al aire el audio del góber precioso, Mario Marín, con el empresario Kamel Nacif, urdiendo encarcelar a la periodista Lydia Cacho como consecuencia de la publicación del libro Los demonios del Edén. Al iniciar 2008 dejó de salir al aire. “Una incompatibilidad editorial” fue el motivo para que Radiópolis no le renovara el contrato. Los intereses empresariales chocaron con la libertad de expresión. Editorial Santillana, del Grupo Prisa, obtuvo la impresión de los libros de texto y Televisa vio amenazados sus convenios con el gobierno federal.

Aristegui distingue bien la frontera entre el periodismo y el poder: “hay que tratarlo con esa condición mixta donde estás cerca, porque de ellos obtienes información, pero no puedes trascender justamente a convertirse en sus aliados porque estás traicionando la esencia misma de tu condición periodística”.

Meses después Carmen regresó a las emisoras de la familia Vargas para conducir la primera emisión de MVS Noticias. En 2009 levantó nuevamente polémica al dar a conocer una entrevista con el ex presidente Miguel de la Madrid, quien expresó que Carlos Salinas robó fondos públicos y que su hermano Raúl tuvo contacto con narcotraficantes. “Me siento muy decepcionado, porque me equivoqué. Pero en aquel entonces no tenía elementos de juicio sobre la moralidad de los Salinas; me di cuenta después de que es conveniente que los presidentes estén mejor informados de la moralidad de sus colaboradores”, señaló el ex mandatario.

El 4 de febrero de 2011, MVS Noticias transmitió la intervención del diputado Gerardo Fernández Noroña y la imagen de una manta en la tribuna de la Cámara, alusiva al presunto alcoholismo del presidente Felipe Calderón. Aristegui complementó la nota con un comentario sobre el tema y la frecuencia con que esto se mencionaba en las redes sociales. MVS suprimió el programa y argumentó, dos días después que Carmen “transgredió el código de ética de la empresa”, por lo que decidió dar por terminada la relación laboral. En realidad había un berrinche de Los Pinos porque el asunto se ventiló. Sin embargo, MVS rectificó y a los pocos días Carmen retornó a su espacio.

La llegada de Eduardo Sánchez –personaje ligado a MVS durante casi toda su vida profesional como abogado de la empresa y su representante en más de una ocasión ante la Cámara de la Industria de Radio y Televisión– a la Dirección de Comunicación Social de la Presidencia de la República coincide con la nueva embestida contra la periodista. El anuncio del nacimiento de Mexicoleaks, y lo que ha venido en los días posteriores, como el despido de Daniel Lizárraga e Irving Huerta, y la publicación, este domingo 15 de marzo, de los “Nuevos Lineamientos”, conducen a Carmen Aristegui a un callejón para obligar su salida. En realidad se trata de una maniobra contra quienes investigaron y dieron a conocer el tema de La Casa Blanca.

El deber de los medios de comunicación en una democracia no es ocultar los secretos del poder, sino sacarlos a la luz. La corrupción, los abusos de la autoridad, la violación a los derechos humanos, los malos manejos de los dineros públicos deben conocerse. La libre expresión es condición de la democracia. Ésta no puede concebirse sin que se pueda hablar libremente de los temas de interés público sin cortapisas. Silenciar es una práctica autoritaria. No se trata aquí simplemente de la decisión de una empresa privada que decide a quién contratar y a quién correr; el espectro radioeléctrico es un bien público concesionado por el Estado a particulares, y el asunto de fondo que está en juego es la libertad de expresión; que en los medios electrónicos se puedan tocar o no asuntos que incomodan al poder representará el avance o el retroceso de la democracia en México.

El jurista estadunidense Owen Fiss señala que en la democracia la agenda pública se define en los medios de comunicación con un debate desinhibido, vigoroso y abierto de los asuntos de importancia pública.