Derecho al arte y la cultura: México y la culturización de la violencia
Siguiendo las huellas y ejemplo del primer Pastor de Michoacán, el insigne Don Vasco de Quiroga, hoy ante un pueblo nuevamente humillado y ultrajado y ya no por los extranjeros gachupines, sino por los propios de casa y peor aun, por el mismo gobierno, no nos queda otra alternativa más eficaz, que replicar el modelo de desarrollo solidario y cooperativista que plasmo Tata Vasco. bajo la inspiración de la utopía de Tomas Moro.
A Quinientos años, estamos fomentando las fuentes de trabajo, con la inequívoca convicción de que generando trabajo sustentable, bajaremos los índices de criminalidad, pues tenemos como fortalezas: tierras muy generosas y gente muy laboriosa, pero también como limitantes: gobiernos corruptos y un hambre lacerante.
No hay mañana para quien no escucha la imperante voz de Dios gritando en medio de su pueblo, clamando pan, justicia, trabajo, dignidad, educación, salud, libertad y paz. Los pobres hoy no necesitan limosnas, sino oportunidades de desarrollo integral, no exigen mucho, simplemente lo que les corresponde por ley, por ello, en Apatzingan estamos institucionalizando la Agencia de Desarrollo Integral Don Vasco de Quiroga, para impulsar a las familias emprendedoras y no dando nada, no con programas parásitoides, sino con préstamos justos y razonables de acuerdo a la fuerza laboral.
Nuestros tres enemigos a vencer son la ignorancia, la pereza y la injusticia y aliados cinco principios básicos: Capacitar, Capitalizar, Certificar, Concientizar y Comercializar. Capacitar a los miembros de la Agencia mediante talleres intensivos, capitalizar o refaccionar sus microempresas, certificar sus habilidades para tener reconocimiento mercantil y en finanzas, concientizar o educar en la cultura laboral y comercializar sus productos. Una tarea ardua que el gobierno no ha podido lograr por sus mezquinos proyectos de subsidios electores y partidistas.
Porque el Maestro así así lo pidió: “Denles ustedes de comer” y porque el Papa Francisco así lo ratifica: “Busquen al Cristo vivo, de carne y hueso y no el de cera de las capillas”, por que creo en el Cristo encarnado, con nombre y apellido, por ello vale la pena empeñar toda una vida al lado de los amados de Dios y con los he de correr todos los riesgos que conlleve el ministerio, por su promoción integral, porque he sido invitado al salvar hombres y mujeres con rostro y apellido y no a los Ángeles, a ocuparme del ser humano completo y no sol de su alma. P. Gregorio Lopez