¿Y lo estructural?

En un ambiente distendido de triunfalismo y a través de un excesivo alarde mediático, se anuncia en Morelia la promesa de un paquete cuantioso de recursos para el estado de Michoacán, denominado “Por Michoacán Juntos lo Vamos a Lograr”, en un acto de profundo raigambre priista donde se dio cita la clase política de la entidad y emanaron diversas reacciones en torno a lo que se anunció, que no deja de ser sólo una promesa sin claridad de un método para que se materialice tal anuncio. 

En medio la algarabía del anuncio presidencial, donde no pocos funcionarios estatales buscaba capturar una gráfica junto a Peña Nieto, al discurso del Ejecutivo federal le faltó la aclaración de que gran parte de estos 45 mil millones de pesos ya había sido etiquetados dentro del presupuesto que en meses pasados fueron aprobados en el Congreso de la Unión para nuestra entidad, pequeña gran omisión que dio oportunidad a la vanagloria mediática del presidente de la República.

Cabe recordar que ya en el 2010 el entonces presidente Felipe Calderón Hinojosa se vio forzado, por la presión de medios nacionales e internacionales, a reaccionar ante la matanza de jóvenes en Ciudad Juárez, Chihuahua. En ese entonces la presión mediática obligó al ejecutivo federal sacarse de la manga un programa denominado “Todos Somos Juárez”, donde anunció la entrega de más de tres mil quinientos millones de pesos para que la ciudad hiciera frente a la creciente violencia y descomposición social; programa que hasta la actualidad continua siendo cuestionado por la falta de transparencia y el desvió en el uso de los recursos y los nulos resultados en materia de recomposición del tejido social.

Hoy se replica esta estrategia, ahora en territorio michoacano, también por la presión no sólo de los medios de comunicación, principalmente por los cuestionamientos hechos al titular del Ejecutivo durante su  participación en el Foro Económico Mundial de Davos Suiza en torno a la crisis de violencia e inseguridad que se vive en Michoacán.

El problema de la crisis que enfrenta Michoacán y todo el país se debe de atender estructuralmente, si bien la llegada de recursos y programas temporales son benéficos, sin embargo el rescate económico del estado y los municipios, el fortalecimiento institucional, la reconstrucción del tejido social y el combate a la pobreza, debe ser los ejes indispensables para generar el desarrollo real y disminuir los índices de criminalidad y violencia en la entidad.

De seguir acrecentándose el centralismo autoritario y no dar paso al fortalecimiento de los municipios y los estados, se perpetuará el esquema de crisis y descomposición. Hay que puntualizar que la federación sigue manejando el 80% de los recursos de la nación, diseñando a discreción las políticas que surgen desde una visión que no ajustan a las necesidades particulares de cada región, lo que implica seguir haciendo lo mismo y esperando resultados diferentes.

Esperemos que el anuncio hecho por Peña Nieto no sea una réplica del fallido programa “Todos Somos Juárez”, los michoacanos tenemos derecho a saber todos los pormenores de la aplicación de estos recursos y cómo puede la gente acceder a estos beneficios de manera clara y puntual, de no ser así, solo representará un anuncio más que solo servirá para apagar el refuego y la presión del momento.