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¿Quién mide la Seguridad en las ciudades?
El Instituto Nacional de Estadística y Geografía, INEGI realiza de forma trimestral a partir de septiembre de 2013 la Encuesta Nacional Seguridad Pública Urbana a personas mayores a 18 años. Se incluyen temas de seguridad pública como: la sensación de inseguridad por temor al delito (percepción); expectativa social sobre la tendencia del delito (percepción); atestiguación de conductas delictivas o antisociales (conocimiento); cambio de rutinas por temor a ser víctima del delito (experiencias) y percepción del desempeño de las policías Preventiva Municipal, Estatal, Federal y la Gendarmería Nacional como autoridades responsables en materia de seguridad pública.
De acuerdo con información de la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana (ENSU) durante el mes de diciembre de 2015 se 67.7% de la población de 18 años y más consideró que vivir en su ciudad es inseguro.en su comparativo anual no se presentan cambios en el porcentaje de las personas que se sienten inseguras en vivir en su ciudad.
La sensación de inseguridad por temor al delito y las expectativas que tiene la población respecto a la seguridad pública se generan por diversos elementos, como la atestiguación de conductas delictivas y antisociales que ocurren en el entorno de la población. En el mismo periodo, los encuestados manifestaron que en los últimos tres meses ha escuchado o ha visto en los alrededores de su vivienda situaciones, tales como: consumo de alcohol en las calles (69.8%), robos o asaltos (67.1%), vandalismo (55.9%), venta o consumo de drogas (43.5%), presencia de bandas violentas o pandillerismo (32.6%) y disparos frecuentes con armas (22.1%).
Las expectativas de la población en términos de inseguridad en su ciudad considera que seguiría igual de bien y 13.7% mencionó que mejorará; mientras que 36.3% consideró que seguiría igual de mal y 26.6% que empeorará.
Durante el periodo de análisis el 66% de la población manifestó que en los últimos tres meses, por temor a sufrir algún delito, modificó sus hábitos respecto a llevar cosas de valor como joyas, dinero o tarjetas de crédito; mientras que 62.8% señaló que modificó sus hábitos respecto a permitir que salgan de su vivienda sus hijos menores; 49% cambió rutinas en cuanto a caminar por los alrededores de su vivienda después de las ocho de la noche; finalmente, 28.5% cambió sus rutinas relacionadas con visitar parientes o amigos.