Se pinta de colores San Lucas para vivir su Viernes Santo

MORELIA, Mich., 17 de abril de 2025.- Para la iglesia católica, el Viernes Santo es un día de luto, de espiritualidad y reflexión, pero en San Lucas, en los límites con Guerrero, es de fiesta y convivencia, al terminar los participantes totalmente bañados en pintura. ¡Una tradición de ocho décadas!
Apenas termina el desayuno y los jóvenes ya preparan en su hogar las botellas con pintura vegetal, violeta o el dinero para las botellas de aerosol, y luego se dirigen a la plaza frente a la parroquia del pueblo.
Es la fiesta de toda la comunidad, tan vieja como el mismo Turipecuaro, antiguo nombre de San Lucas.
Es el cierre de una semana de mucho movimiento y de la organización interna de la población, que comenzó meses atrás con la elección de la persona que representará a Jesús, a Judas o a Pilatos.
Toda la población participa, cooperando, para la compra de la utilería, llevando comida el Jueves Santo o en las actividades espirituales que se celebran en el santuario de la Purísima Concepción de María.
“La celebración comienza un martes previo al Viernes Santo, con la formación de dos grupos; uno, son jóvenes a los que le llaman las Picas, se trata de personas que simulan a los soldados romanos, que van en búsqueda de Barrabás y portan en sus manos unos otatoes o carrizos vestidos con papel china; y, el segundo grupo es el del bandolero Barrabas, que recorre las calles del pueblo”, relató en entrevista la historiadora y cronista Lizbeth Macedo Flores.
Las picas están acompañadas de dos músicos, uno que toca un tambor y otro una flauta, sonido con el que van anunciando la búsqueda de Barrabás.
La tradición de las picas, así como de las pintas, es antigua, pero como otras manifestaciones van cambiando y evolucionando con el tiempo.
En los años cuarenta la pintura únicamente la poseía quien representaba a Barrabás y pintaba a algunos niños y niñas con previa autorización de los padres, después en los años noventa, se abrió a la participación de los adolescentes y adultos y actualmente es una fiesta general.
Todos se pintan y todos participan, desde niños, niñas, adolescentes, mujeres y hombres de todas las edades, incluso algunos visitantes de municipios aledaños de Guerrero y Michoacán que acuden a disfrutar de la fiesta.
El cierre de las pintas acontece a las 12 horas del Viernes Santo, después de dos intentos de detener a Barrabás, con el último intento es apresado y todos los vecinos de San Lucas, cubiertos de colores, algunos casi irreconocibles, terminan por volver a sus hogares, a bañarse y prepararse para la representación de las tres caídas y la crucifixión.