Brigadistas controlan incendio en el Cerro de la Charanda
JIQUILPAN, Mich., 20 de septiembre de 2017.- Como en todo México, en la región de la Ciénega los centros de acopio de víveres y ayuda para los afectados por el terremoto en la Ciudad de México y los huracanes en el sureste del país, no se hicieron esperar, jóvenes de diferentes niveles educativos y sin mayor ambición que ayudar, instalaron su centro en el Jardín Colón; Carlos Flores reconocido fotógrafo anunció que estaría tomando fotografías y el pago sería un donativo, en tanto protección civil de Villamar y Jiquilpan enviaron elementos de sus cuerpos de ayuda, con especialidad en rescate de edificios colapsados, a la ciudad de México.
Al mismo tiempo, en todas las presidencias municipales que conforman la región Ciénega de Chapala, se han instalado centros para recabar ayuda y canalizarla, bajo la custodia del ejército mexicano, a la Ciudad de México; quienes están recolectando ayuda fuera de alguna institución la canalizarán a la Cruz Roja correspondiente.
También como ocurre en gran parte del país, las manifestaciones de ayuda se producen de manera espontánea y muchas veces al margen de instituciones que, en no pocas ocasiones, se han visto rebasadas por la sociedad civil. En Jiquilpan se instalaron tres de estos centros: El Jardín Colón, las instalaciones de Liconsa y el edificio de la presidencia.
Mela, quien trabaja con paramédicos y su hijo Juanito, instalaron su centro de acopio en Chavinda. Joel López Padilla, presidente de Villamar personalmente está realizando la recolección de víveres y medicinas y al igual que su homólogo de Jiquilpan, José Clemente Covarrubias, encabezó a la comitiva de rescatistas –que cuentan con especialidades recibidas fuera del país, para éste tipo de desastres–, quienes partieron a la Ciudad de México.
De esta manera, en cuestión de horas, la ayuda y muestras de solidaridad en la región se van multiplicando sobre todo entre la propia población, “que no espero instrucciones de nadie para salir a organizarse y ver como ayudaba; muchas veces solo con un poco de frijol, otras con cajas de alimento, cada quien a su manera y posibilidad, pero ayudando”
Es de destacar que en un recorrido que realizó quien esto escribe por diferentes centros en la región, la constante fue que los organizadores se aseguraron que lo que pudieran recabar tuviera un destino “confiable” por ejemplo la Cruz Roja, “tenemos que estar seguros que llegará a quien lo necesita, no falta quien quiera aprovecharse de la situación, por eso nos pareció una buena opción la Cruz Roja”.