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SAHUAYO, Mich., 4 de mayo de 2015.- En la Ciénega de Chapala el desarrollo económico y comercial parece haberse detenido, y las empresas atraviesan una crisis cuyo saldo es un progresivo cierre de empresas y comercios que ha complicado el escenario social y laboral, de manera muy particular en los tres últimos años.
A diferencia de otros tiempos, la crisis que parece detener el desarrollo de esta región particularmente productiva del país no responde a factores económicos, sino a fenómenos fundamentalmente psicológicos que trastornan también la vida política y social de la Ciénega.
Pocos reconocen el fenómeno y aún más pocos hablan claramente de él, pero para muchos el freno al desarrollo y la crisis económica obedecen al miedo, a sentimiento de temor que se ha extendido a todos los sectores de la población.
“Tenemos unos 10 años que así estamos nomás sobreviviendo porque las cosas están difíciles, la violencia y todo eso. Le voy a ser sincero, a mí nunca me han molestado ni se han metido con el negocio, pero sencillamente la gente ya no viene porque tiene miedo de venir a Sahuayo”, señala Arturo Gálvez Zepeda, propietario del restaurante El Pirata de Chaguás, uno de los más conocidos en el municipio y la región.
“Nosotros éramos de los restaurantes mejor acreditados, teníamos los salones llenos todos los días con músicos y más de 25 meseros. En una sola comida aquí en el restaurante llegamos a atender a más de 500 personas. Pero desde que comenzó el desmadre todo se vino abajo y ahora ya nos quedan solamente cinco. Antes todo el día había mariachis y ahora ya ni los mariachis vienen”, señala Arturo Gálvez, el Chaguás, como le gusta que lo nombren.
El restaurantero -ampliamente conocido por ser el orgulloso abuelo de Jimenita, la niña del milagro en que se sustenta el proceso de santificación del niño beato José Sánchez del Río que transcurre en la Santa Sede- señala que sus esperanzas de mejoría comenzaron a renacer hace apenas un par de meses, pero señala que en las últimas semanas la situación ha empeorado.
“Hace unos dos meses las cosas parecían mejorar un poco, pero ahora que empezó el desmadre éste de la matazón (en el vecino estado de Jalisco), pues la cosa se puso peor y la gente dejó de venir otra vez, y ahora no se acercan ya ni los vecinos porque tienen miedo a salir y prefieren quedarse en sus casas porque ya la verdad no sabemos quiénes son los buenos y quiénes los malos”, señala confundido el empresario.
De los políticos y el presente proceso electoral, el Chaguás dice con franqueza que “la verdad yo no sé a quién creerle después de estos últimos 10 años”, pero asegura ser amigo de todos los candidatos a los que define como “muy buenos muchachos todos”. Pero no compromete su opinión y confía en que los sahuayenses elegirán a la mejor opción.
Finalmente, mientras abraza a la pequeña Jimena que no deja de mostrar su plena salud, el pirata del Chaguás señala que él sólo “le pediría a los candidatos que le pongan mucho faje a Sahuayo. A todo mundo aquí nos hace falta una manita porque aquí estamos un poquito agachados pues hay mucha gente sin trabajo. A uno le da pena despedir a la gente, pero pues qué hacemos, verdad, pero así nos tienen”, concluye el empresario.