JIQUILPAN, Mich., 06 de marzo de 2019.- Por enésima vez y sin que nadie hasta el momento los atienda o les brinde alguna alternativa de solución, vecinos de la localidad ejidal El Ramireño se presentaron en la presidencia municipal para quejarse por los malos olores que generan las descargas de aguas negras y que amenazan con convertirse en un problema de salud, “sobre todo en esta temporada de calor”.

Explicaron que cuando menos hace diez años, su comunidad y la colonia Cuauhtémoc sufren de las descargas residuales provenientes del fraccionamiento Colinas del Paraíso, varias industrias asentadas en ese espacio y las descargas de los fraccionamientos 18 de Marzo, Independencia y Arboledas además de los escurrimientos pluviales de la parte norte y poniente de esta cabecera municipal, esto derivado de autorizaciones de nuevos fraccionamientos asentados sobre los vertederos naturales y los arroyos de la parte alta de la ciudad.

Los vecinos ponen un énfasis especial en el riesgo de salud que enfrentan ante el estancamiento de estas aguas negras lo que los ha orillado a realizar pequeñas obras para desalojar los remanentes de estos residuos directamente a la carretera federal “lo que ha ocasionado ya confrontaciones con las representaciones de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes”.

Luego de no encontrar respuesta en la presidencia municipal, reconocieron que la situación se complica para ellos, ya que este lugar se encuentra dentro de las 1,500 hectáreas que mantienen en disputa ante el Congreso del Estado los municipios de Jiquilpan y Sahuayo por cuestión de límites territoriales y ”al parecer se mantiene el acuerdo de las anteriores alcaldías en el cual ninguno de los dos municipios podrá desarrollar ningún tipo de obra o programa social hasta que el congreso determine la pertenencia de estas hectáreas”.

Confiaron en que una vez que se puedan entrevistar con el presidente municipal Roberto Mejía Zepeda éste les pueda proponer una solución para el corto plazo, “ya que él conoce bien la situación”.