MORELIA, Mich., 22 de enero de 2017.- Robo de vehículos; lesiones por parentesco y relación, principalmente riñas y violencia intrafamiliar, y robo a casa habitación son los ilícitos que registran una mayor incidencia en la tenencia de Santa María, en Morelia, afirmó Juan Bernardo Corona Martínez, titular de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP), durante la presentación de la estrategia de combate a la criminalidad para la zona.
Asimismo, la adicciones a estupefacientes y fármacos, graffiti y robo a casa habitación y negocio tienen una elevada prevalencia en el área urbana de la tenencia de Santa María, en tanto que en el medio rural el abigeato o robo de ganado, así como la tala clandestina y otros delitos ambientales son las prácticas delictivas más recurrentes.
Si bien en el combate a la criminalidad es fundamental contar con una mayor presencia policíaca y vigilancia por parte del estado, el titular de la SSP destacó que se pretende ir al origen de la delincuencia y atacar los puntos de violencia que detonan la criminalidad, lo que no necesariamente implica la participación de las corporaciones policíacas y sí demanda el trabajo de la ciudadanía y la totalidad de las autoridades.
Corona Martínez expuso, en reunión privada donde participaron autoridades estatales, municipales y de la tenencia de Santa María, así como representantes de colonias y tenencias próximas, que antes de atacar la violencia es fundamental atender el origen de la misma, ya que la delincuencia es sólo una consecuencia.
La desintegración familiar es uno de los puntos de violencia que detonan la criminalidad en la tenencia de Santa María, expuso el funcionario, para lo cual se pretende lanzar campañas agresivas de recuperación de valores en el hogar y las escuelas.
Entre las acciones en este tenor, se prevé impulsar el programa Mochila Segura, para verificar que los alumnos no ingresan a los centros educativos con materiales potencialmente peligrosos, como armas de fuego o blancas.
Detalló que se buscará mejorar el alumbrado público en las zonas reportadas como oscuras, ya que la falta de iluminación suficiente es un incentivo para la comisión de delitos.
Expuso que también se incentivará la participación de la ciudadanía, para hacer del conocimiento de la autoridad la ubicación de los entornos conflictivos, como tiendas que expenden bebidas alcohólicas a menores de edad o fuera de horarios aprobados, máquinas de juego, entre otros; ello se logrará al fomentar la confianza en que la denuncia generará detenciones efectivas.
Corona Martínez refirió que se conformará un comité de seguridad en la tenencia que contará con acciones y actividades específicas que de manera semanal serán evaluadas para determinar las conductas delictivas que presentan comportamiento al alza o a la baja, conforme lo cual se modificarán o reforzarán las estrategias implementadas.
“Se ha perdido el orden y se ha caído en la anarquía; sin embargo, para atacar el problema de la inseguridad, se tiene que contar con la participación de la ciudadanía”, expresó el titular de la SSP.
Por su parte, Alfonso Martínez Alcázar, alcalde de Morelia, señaló que en el combate a la inseguridad el municipio dispone de la colaboración de la Policía Militar y la Gendarmería para el sector al que pertenece Santa María.
Agregó que además de dará prioridad, con el crecimiento del estado de fuerza de la Policía Michoacán Unidad Morelia, a la atención de las zonas rurales, “ya que también son parte de Morelia”, así como la colocación de más casetas de barrio, mejora en equipamiento y vehículos oficiales y fortalecimiento de la corporación local.
Recordó que en 2015 Morelia contaba con 193 policías municipales, en tanto que ahora dispone de 437; no obstante, precisa de un mínimo que oscila de 800 mil a 900 mil según el estándar nacional de un policía por mil habitantes, con lo que la corporación local se encuentra cercana al 50 por ciento de su población mínima.
En contraste, conforme el estándar internacional, Morelia debiera contar con hasta cinco policías por mil habitantes, de 2 mil 700 a 4 mil 500, con lo que el estado de fuerza corresponde a un 10 por ciento del límite superior recomendado en los países desarrollados.