MORELIA, Mich., 29 de julio de 2016.- Frustración, decepción y tristeza; fueron las reacciones que tuvieron padres de familia instalados a las afueras del Hospital Infantil de Morelia tras conocer la decisión por parte de autoridades de la Secretaría de Salud de Michoacán (SSM) de suspender de forma temporal la edificación de un albergue aledaño a la zona.

“Aquí pasamos de todo, frío, hambre y mucha desesperación por saber de nuestros hijos, es una lástima que los trabajadores no permitan que se haga el albergue por el problema del estacionamiento, ellos tienen sus casas y no sufren lo mismo que nosotros” comentó Daniel Zaragoza, originario de Yurécuaro.

“Me da tristeza que el albergue que me dicen otros papás que han venido muchas veces que ya tenían tiempo pidiendo que se haga uno porque muchos venimos de lugares muy lejos y no tenemos dinero para irnos a lugares como Emaús y ahí no se iba a cobrar nada además es un pedazo muy pequeño el que les van a quedar” compartió María Santos Cortés, quien ha estado durante dos meses en el campamento.

La estadía dentro del campamento, es un recurso que muchos madres de familia se ven forzado a recurrir, ya que albergues como San Vicente y Hogar Emaús cobran entre 20 a 30 pesos diarios que a la larga muchos no pueden pagar.

“Yo acabo de llegar apenas aquí a la casas de campaña, me hija está enferma y me la están revisando y vine aquí porque no me cobran y por ejemplo me dijeron que hay algunos refugios pero  apenas pude venir aquí con mis hijos, que feo enterarme que no quieren que se haga algo para que podamos estar en un lugar tranquilos” María de Jesús Madrigal, originaria de la Huacana.

“Yo creo que las autoridades deben de estar de nuestro lado y no de el de ellos, no ven que ahora con las lluvias a alguna casa puede caerse una rama, con la lluvia luego se encharca todo el bosque, estamos a favor del albergue porque la gente no está aquí por voluntad, están porque no les queda de otra”  lamentó Josué García.

Entre incertidumbre, padres de familia esperarán el plazo de quince días fijado por parte de autoridades de la SSM para definir si continúa o no la obra; con la amenaza de ejercer acciones si la respuesta es negativa.