Propone Alfonso Martínez un plan de gobierno con participación ciudadana
MORELIA. Mich., a 06 de mayo del 2014.- De nueva cuenta el cuerpo de seguridad del gobernador Fausto Vallejo Figueroa, falló y estuvo a punto de ser arrollado por una multitud que se le dejó ir encima. No se trató de los integrantes del STASPE, ni autodefensas, ni de integrantes de los medios de comunicación, no, esta vez fueron una veintena de estudiantes de quinto año de primaria que se arrojaron sobre la humanidad del mandatario estatal. Hasta el Secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, quien acompañaba al gobernador, prefirió hacerse a un lado ante la ola infantil que buscó estrechar la mano de Vallejo Figueroa.
Lo abrazaban y le gritaban por su nombre, pero esta vez eran gritos de admiración, de respeto y no como los que recibió el pasado primero de mayo. Sí, los estudiantes de quinto año de primaria del Instituto Octavio Paz sorprendieron a sus propios profesores y se lanzaron a abrazar al mandatario. De pronto varios de ellos, con cartulina y plumón en mano, le pidieron un autógrafo, mientras otra veintena de niños alzaban sus voces para decir ¡Fausto! ¡Fausto! ¡Fausto!.
El gobernador extendió su mano y saludo a los pequeños. Otros más insistieron en que les diera su autógrafo. Fausto sonrió y les decía que no, pero entre ellos se empujaban para tocarlo, saludarlo y finalmente accedió a los ruegos de los pequeños estudiantes. Tomó un plumón y les puso en la cartulina su nombre: Fausto. Ellos saltaron de gusto. Brincaron una y otra vez festejando que tenían la firma de quien lleva las riendas de Michoacán.
Sorprendido por el entusiasmo de los infantes, el gobernador sonrió sinceramente y por un momento se olvidó de los autodefensas, de la crisis financiera, de los enfrentamientos entre delincuentes, se olvidó de los problemas que aquejan a esta entidad.
Pero la felicidad reflejada de un medio centenar de alumnos, no se comparaba con las sonrisas que tenían en sus frágiles rostros Juan Carlos Ávila, Estrella Cárdenas Ibáñez y Yahir Rodríguez Chávez, todos ellos de diez años de edad, que no dejaban de festejar el autógrafo del gobernador.
La inocencia de los niños también fue compartida por los estudiantes de las escuelas primarias José Vasconcelos e Ignacio Allende,que asistieron a la Feria del Ahorro de Energía, pues al ver al mandatario coreaban su nombre una y otra vez. Al salir de Ceconexpo, los pequeñines lograron que la comitiva, de 20 funcionarios y otros 20 guaruras, se detuviera.
El titular de la Secretaría de Energía le pidió al mandatario no dejar con la mano estirada a los cientos de niños que se la extendían para saludarlo. Fausto accedió y se acercó a ellos. Gritaban de emoción; “le toqué la mano al gobernador”, expresó una pequeña de apenas seis años de edad de nombre Gaby.
El gobernador escuchaba sus gritos, y sonreía sinceramente, olvidándolo todo por un momento. Y ellos, esas criaturas inocentes, refrendaban que Fausto está al menos entre sus prioridades.