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MORELIA, Mich., 19 junio de 2014.- Con los rituales religiosos acostumbrados, arrancaron en Michoacán las festividades del jueves de Corpus Christi en diversos municipios de la entidad.
Aunque las fiestas pueden abarcar todo el mes de junio este jueves se marca como la fecha importante desde el tiempo de los primeros misioneros evangelizadores donde se inculcó en los pueblos purhépechas profunda devoción a la llamada fiesta de la comunión.
De este modo los michoacanos veneran el cuerpo y la sangre de Cristo. No obstante, los festejos varían entre los pueblos según sus costumbres, aunque la música no puede faltar y los feligreses acompañan su ritual a ritmo de banda llevando en su peregrinar imágenes del Santísimo Sacramento cuya procesión se dirige a diversos altares que construyen en las comunidades.
Así en medio de un humo de incienso los católicos le rezan a sus santos acompañados no sólo de música sino de bailes peculiares con el que siguen su recorrido, aventando obsequios a resto de los feligreses que miran el paso de la procesión o los acompañan, entre ellas reciben muestras representativas como obsequio, entre ellas miniaturas de barro, madera o metal, así como frutas o diversos objetos que las manos ansiosas de los católicos buscan capturar.
Pero no sólo es el baile y la música, sino que la festividad amerita la preparación de grandes cantidades de comida que comparte el pueblo o la comunidad que se suma a esta festividad religiosa, con lo que se agradece a Dios por las buenas cosechas y el sustento diario, además de que se pide la protección para que haya lluvias en el nuevo temporal.
Es así como la celebración del Corpus Christi o Cuerpo de Cristo en Michoacán representa el ritual indígena para agradecer a las fuerzas cósmicas el buen temporal agrícola, acción que se festeja desde tiempos inmemoriales y se ha transmitido de generación en generación, en tanto que tiene más auge en la Meseta Purépecha.