MORELIA, Mich., 25 de julio de 2016.- No he recibido amenazas, aseveró el presidente municipal de Morelia, Alfonso Martínez Alcázar, cuestionado en torno del indicador proporcionado por la Asociación Nacional de Alcaldes, que establece que el 40 por ciento de los ediles en el país han experimentado algún riesgo a su integridad personal.
Tras las muertes violentas de dos munícipes en los estados de Chiapas y Guerrero, Martínez Alcázar señaló que no ha percibido amenazas en contra de su persona, al tiempo que refirió que no efectuará la contratación de seguridad privada para velar por su integridad.
Expresó que las condiciones en el país son complejas, al tiempo que expuso que la confrontación entre ciudadanos y gobernantes pudo motivar los ataques contra los representantes de la autoridad municipal.
El dato de la Asociación Nacional de Alcaldes del maluca que de alrededor de dos mil 440 ediles en México al menos 976 han recibido amenazas o ataques.
Necesario, acercamiento con la sociedad
Un mayor acercamiento entre las autorizases y los ciudadanos es fundamental para evitar los hechos violentos como los ocurridos en los estados de Chiapas y Guerrero, especificó Alfonso Martínez.
Señaló que, tras la instalación del Observatorio Ciudadano de Movilidad, que es preciso que la población se involucre en la toma de decisiones gubernamentales, al tiempo que la administración pública abre espacios de participación.
Reiteró que cuando las decisiones se toman por la ciudadanía la autoridad no puede equivocarse.
Asimismo, refirió que este proceso permitirá la disminución de la politización de los proyectos propuestos para el beneficio del municipio, como ha sucedido con el retiro del tren de la ciudad, el cual no se concretó a pesar de contar con recursos asignados, y el acceso a la Loma de Santa María, donde se han dejado ir por día años consecutivos elevadas sumas.
Alfonso Martínez se pronunció por la mayor presencia de las opiniones favorables a los proyectos, ni sólo las posiciones opuestas, a la ve que refirió que la participación ciudadana no tiene por objeto legitimar las decisiones, sino conocer el pulso real del sentir ciudadano.