Una historia de divorcio: acusaciones, luchas legales y niños atrapados

MORELIA, Mich., 25 de marzo de 2025.- El divorcio puede asemejarse a la caja de Pandora: cada día es algo distinto. Un día hay diálogo y conciliación; al siguiente, venganza, tribunales y acusaciones. En esta batalla legal, los hijos quedan atrapados, como ocurre con la hija de Brenda y Jonathan, cuyo conflicto también ha involucrado a Dayana, la actual pareja de Jonathan, quien enfrenta acusaciones de lesiones simples contra la niña.
Dayana llegó a la audiencia penal 2527/2025 vestida con una chamarra y cubrebocas negros. Caminaba tranquila, seria, con el rostro agobiado, mientras Jonathan se mantenía estoico, apenas visible su respiración.
Jonathan no cruzó el umbral de la puerta, quizás en apoyo a Dayana, pero permaneció atento, escuchando cada parte de la audiencia.
A Dayana la conoció en su centro de trabajo y, poco después, comenzó su proceso de divorcio. A pesar de las acusaciones contra su pareja sentimental, señalada de golpear a su única hija, de cuatro años, ellos permanecen juntos.
Las preguntas que quedaron en el aire son: ¿qué estarías dispuesto a hacer por amor? ¿Hubo lesiones o es solo una estrategia para pelear la custodia? Si todo es una mentira, ¿se prestaría el Ministerio Público o la Procuraduría del Menor a involucrarse? Y, finalmente, ¿por qué Dayana decidiría quedarse en una batalla ajena?
La jueza Cinthia Martínez Urbina escuchó con atención los agravios de la parte demandante, resumidos en actos negligentes y omisiones por parte del Ministerio Público.
No otorgó, en tiempo y forma, las medidas de protección pertinentes a la niña de 4 años; la menor sigue conviviendo con Dayana, y además intentan forzar a la madre de la víctima a la mediación, aunque no hay disposición por parte de ella. Todas las aseveraciones fueron respaldadas por la Procuraduría del Menor, adscrita al Sistema DIF Michoacán.
Dayana no pudo soportar la tensión entre los abogados. Quizás el temor a la sanción, la culpa o el ambiente en la sala la llevaron al colapso. Comenzó a temblar—"un ataque de ansiedad", argumentó su abogado.
La imputada temblaba y le costaba respirar, pero Jonathan apenas se movía. No se acercó en ningún momento para ofrecerle apoyo o un vaso de agua. Fue el auxiliar de sala, como bien indica la redundancia, quien acudió al auxilio de Dayana.
La crisis condujo a un receso y, posteriormente, salieron a relucir otros elementos un tanto controversiales, podría decirse.
La acusación contra Dayana surgió en medio de una batalla por el divorcio y la convivencia entre Jonathan y Brenda. Fue entonces cuando el juez noveno de lo familiar recomendó presentar una denuncia y acudir al juez penal para determinar si existían o no condiciones adecuadas para la convivencia entre el padre y la menor.
Eso fue lo que llevó a la audiencia, ya que de hecho el caso se había archivado, aunque la niña sí había presentado un moretón, no había suficiente evidencia para llevar el caso a la judicialización.
Después de intercambiar opiniones, reclamos y peticiones, la juez no emitió medidas de protección en sede judicial, sino que se quedó con las que emite la Fiscalía General del Estado; además, pidió a los fiscales investigar a conciencia, advirtiendo que, de lo contrario, podrían ser sancionados por sus superiores, a solicitud de la juzgadora.