MORELIA, Mich., 23 de octubre de 2017.- La mayor parte de la superficie sembrada con aguacate en Morelia carece del permiso de cambio de uso de suelo requerido por las autoridades del sector ambiental, reconoció Alfonso Martínez Alcázar, presidente municipal de la capital del estado.
Explicó que la producción aguacatera en Morelia es relativamente joven, con instalación de huertas en los últimos 10 años, por lo que de mil hectáreas establecidas con el cultivo que se estima existen en la ciudad, solo 650 hectáreas disponen de producción.
Ello implica que la mayor parte de esta superficie cultivada con el llamado oro verde se instaló sin la obtención del permiso de cambio de uso de suelo expedido por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), lo que le coloca en los límites de la ilegalidad.
Martínez Alcázar recordó que la problemática de la expansión de las huertas aguacateras en predios de vocación forestal y preferentemente forestal se ha repicado en diversos municipios michoacanos, por lo que se buscará implementar estrategias para apoyar las huertas que ya operan, sin que ello implique su ampliación a costa de zonas boscosas, al tiempo que se evita la deforestación para sustituir bosques por huertas aguacateras.
Así, la política del ayuntamiento de Morelia, en relación con la expansión de la frontera aguacatera, se segmentará en fundamentalmente dos vertientes, consistentes en el apoyo a los empresarios y campesinos que cuentan con cultivos ya instalados para que estos ingresen a los mercados de alto valor y puedan acceder a precios competitivos, a la par con la producción frutícola que se obtiene en Ario, Uruapan o Peribán.
Este apoyo estaría condicionado a la sujeción de los aguacateros a la obligación de participar en las campañas de reforestación anuales que organiza la administración pública, para de esta manera resarcir el daño que se ocasionó por la colocación de huertas productoras de aguacate y fomentar la recuperación de los ecosistemas boscosos.
Al tiempo, se pretende ser “estrictos” con la instalación de nuevas huertas, con el propósito de garantizar que no se colocan en espacios forestales o preferentemente forestales, sino en los sitios destinados a la producción agrícola o en los puntos donde se disponga de la autorización de la Semarnat.
Recordó el edil moreliano que aunque los precios competitivos que alcanza el fruto son un aliciente para que productores y propietarios de bosques conviertan zonas forestales y preferentemente forestales en huertas aguacateras, “lo que le quitas por un lado a la naturaleza lo reclama por otro”, ya que el costo ambiental de la reducción de los bosques por su conversión en áreas de producción del fruto comprenden la disminución del abasto de agua potable para consumo humano y ecosistémico, la pérdida de suelos, la mayor prevalencia de inundaciones y encharcamientos severos y menor calidad del aire, efectos que experimenta la capital del estado y que es menester combatir.