MORELIA, Mich., 17 de mayo de 2018.- La fe de un hombre en la religión católica de sepultar los cuerpos de los difuntos fue el agente concluyente en el hallazgo de los cadáveres de una pareja de Tarímbaro, asesinada por presuntamente dedicarse al huachicol.

Durante casi dos semanas, Edgar Geovanni apenas pudo vivir con la náusea de haber enterrado el cuerpo de una mujer bañada en sangre. La consciencia de aquel asesinato no lo dejaba llevar una vida normal.

Después de haber abandonado la casa de seguridad en la que permaneció por casi dos semanas con otros hombres que trabajaban para Los Viagra en Cupátaro, Edgar Geovanni no resistió, la compañía de su madre no fue suficiente.

“Yo llamé a los Policías de Tarímbaro, porque no podía dormir… ¡No los habían sepultado! ¡Estaban olvidados!”. También fue quien los condujo hasta la fosa clandestina, comentó el testigo de la causa 266/2018.

Israel y su esposa, ambos de Tarímbaro, habían sido asesinados por orden de El Morelia o El More, cabecilla de Los Viagra en Tarímbaro. El móvil del asesinato: no cumplieron con el pago de la cuota por la venta de la gasolina, ordeñada de los ductos de Petróleos de México (Pemex) que cruzan por aquel municipio.

El doble asesinato fue presuntamente cometido el pasado 6 de abril y enterrados los cuerpos tres días después en un predio ubicado en la punta del cerro Cupátaro, de la comunidad del mismo nombre, lugar en el que Edgar Geovanni cavó con sus propias manos el hoyo para depositar los cuerpos.

Todo lo anterior lo declaró desde una sala alterna al lugar donde se desarrollaba la audiencia, concesión que otorgó la juez Amalia Herrera, porque el testigo y coimputado no quiso hacer frente a los principales sospechosos, detenidos desde hace unas semanas por este doble asesinato.